Fútbol

La revelación de Guardiola sobre el dinero para fichar a Cesc y Alexis molesta a Rosell

Guardiola durante su rueda de prensa de este martes | EFE

Guardiola miró a Zubizarreta y sin dudas lanzó el mensaje: "Hablé con Zubi y me dijo que teníamos dinero para fichar a Cesc y Alexis. Si el club dice que no podemos pagar esas cantidades, iremos a por un jugador más barato". Frase con carga de profundidad. Significado entre líneas que desde la directiva culé han captado. A Pep no le gusta que Rosell no apueste al máximo por sus peticiones pese a que el club tenga dinero para ello. A Rosell, por contra, no le gusta que Guardiola haya aireado que hay dinero en las arcas para fichar. Vuelve el divorcio al Camp Nou.

Las relaciones entre ambos, de todos es sabido en Barcelona, no son tan fluidas como sí lo eran entre Laporta y el de Santpedor. Este episodio es un capítulo más de este desencuentro.

Todo arranca cuando, al planear la pretemporada, Guardiola es rotundo ante Zubizarreta y la directiva culé: hay que reforzar muy mucho el equipo culé porque este año toca refundarse, cambiar el modelo y mejorar este Barça supercampeón.

Eso requiere fichar, fundamentalmente un delantero (la prioridad número uno es Alexis) pero también a Cesc, a quien Guardiola considera un peldaño por debajo en estas necesidades no por calidad, sino por cantidad. Medios hay, delanteros no.

El giro de Rosell

Una vez planteada la petición en términos rotundos como lo hizo Guardiola, Zubizarreta le responde como comentó el técnico en sala de prensa: "Hay pasta para los dos". En concreto hasta 90 millones de euros entre lo disponible en caja, lo que se puede adelantar de fichajes de la próxima temporada y los créditos que pueden pedir los culés.

Guardiola entiende que de esta manera el club acepta sus retos y entiende que es necesario dar el paso para reforzar al club. Sin embargo, Rosell, lejos de seguir la línea marcada por Zubizarreta, se agarró a su discurso de contención de gasto para regatear las peticiones de Arsenal y Udinese.

El gesto, lejos de ser una estrategia inicial, amenaza con convertirse en un problema para traer a Cesc al Camp Nou. En el caso del Arsenal el presidente se niega a gastar lo disponible por él para cumplir el deseo de Guardiola. De ahí el enfado de Pep. El técnico tiene miedo de que un segundo año sin viajar a Barcelona implique que Cesc se vaya a un tercer invitado el verano que viene.

De ahí ese comentario ayer en sala de prensa que, desde la zona noble del Camp Nou no ha sentado bien. Motivo: se entiende que con esas palabras, el entrenador da un balón de oxígeno al Arsenal para agarrarse a su petición de 40 millones de euros por el mediocampista.

Cuestión de estrategias

Durante su comparecencia, Guardiola también defendió que Cesc no optara por la vía de la rebeldía. Esto es: el técnico le pidió al futbolista que no se rebelase contra su propio club. 

Sin embargo, desde la zona noble se ha pedido a Fábregas que presione a la directiva con medios más expeditivos que los que ha usado hasta ahora, algo que no gusta al entrenador.

Cisco en toda regla que podría arreglarse dependiendo de si el medio acaba en Barcelona o no.

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