
A finales de 2007 un joven chaval de apellido impronunciable empezó a llamar con fuerza a la puerta del primer equipo en el FC Barcelona. Con apenas 16 años, Rijkaard, entonces entrenador culé, le dio varias oportunidades en amistosos que se convirtieron en recitales en el terreno de juego. Su nombre era Bojan y pronto el barcelonismo lo encumbró como su futura estrella. Hoy, cuatro años después, lo que entonces era una promesa se ha transformado en un fiasco. Esta es la historia de la mayor decepción de la Masía en la última decada.
Corren tiempos de elogio para la cantera blaugrana. Es la lógica de los resultados. Los tres candidatos al Balón de Oro proceden de ella, siete de los campeones del mundo (si incluimos a Cesc) crecieron al calor de las categorías inferiores cules... la lista es interminable.
Sin embargo, no todo son buenas noticias entre tanto piropo. Bojan es la excepción que confirma la norma. Frente a Betis, este miércoles, en Copa, volvió a dar buena muestra de ello.
Fue titular y Pep le dio los galones que no le quiso otorgar en el partido de ida (ni siquiera fue convocado para una competición en la que solía ser un insustituible). Apenas un tiro a puerta. Partiendo del centro o desde la banda volvió a naufragar. No hizo nada.
O mejor dicho, sí que lo hizo: perderse en medio de la zaga verdiblanca. Suma y sigue. Esta temporada sólo ha logrado perforar tres veces la portería rival (dos en Liga y una en Copa) en los apenas 13 duelos que ha disputado.
Sus actuaciones hace tiempo que no pasan de discretas. El tramo final de la pasada temporada le dio más confianza. Hizo goles importantes y se sintió de nuevo pieza clave. Todo fue un espejismo.
Este año sigue sin remontar el vuelo y hace tiempo que no se le ve como una alternativa real a Villa, Pedro o Messi en la delantera blaugrana. Iniesta, más centrocampista que delantero, le adelanta por la izquierda casi siempre cuando alguno de los habituales en punta falla.
Guardiola: el frenazo a su carrera
Guardiola es, quizá sin quererlo, quizá a propósito, uno de los factores que frenó su evolución cuando llegó al banquillo blaugrana. Ese año apenas jugó de titular con el Barça del triplete y su número de goles se resintieron: sólo logró dos en liga y diez en toda la campaña.
Una temporada antes, el chaval lo jugó casi todo. Pasó de desconocido a ídolo: disputó 31 partidos de liga (muchos de titular) y marcó 10 goles en liga, en total 48 duelos en ese curso con 12 tantos en su haber.
Su "no" a la Euro 2008
Tal fue su boom que Luis Aragonés le incluyó en su borrador inicial para la Eurocopa de 2008. El propio chaval, agotado por un año largo y sobrepresionado por lo que supone ser jugador del Barça a tan alto nivel, le pidió al técnico que no le incluyera entre los elegidos. Luis llamó finalmente a Güiza y Bojan se perdió la gloria de los campeones.
Poco a poco la llama del futbolista se ha ido apagando. El club, pese a ello, sigue confiando en él. Le ha renovado hasta 2015 con una cláusula de rescisión de 100 millones de euros. Muchos aficionados culé consideraron este paso como un regalo para alguien que había desaprovechado muchas oportunidades.
Guardiola calificó la noticia como "una gran noticia" porque Bojan "tiene mucho futuro por delante". Viendo los 21 años de su DNI, el apoyo de su técnico parece lógico.
Sin embargo, con cuatro campañas como jugador de la primera plantilla culé a sus espaldas, tanto tiempo sin explotar parecen evidenciar que Krkic no es tan bueno como parecía. Consecuencias de ser niño prodigio en uno de los equipos más exigentes del planeta.