
Su nombre es Silvino Louro. Es el preparador de porteros del Real Madrid, aunque se sienta en el banquillo como asistente médico porque, en caso contrario, no podría estar junto a Mourinho y los suyos. Currículum extenso para alguien que quedará marcado para siempre en la historia del club como la persona que tiró al suelo, delante de 90.000 espectadores, a Agustín Herrerín, el delegado de campo del Real Madrid, ante el Sevilla. No habrá sanción para él. Tampoco la hubo para Ruíz Faría, el asistente blanco que mandó "a Segunda" a Preciado tras el caliente partido del Molinón.
Ambos se han convertido en los protagonistas de una tendencia peligrosa, la que enzarza a los miembros del staff merengue en una constante sensación de bronca perenne.
De nuevo sensaciones impropias para un club como el Real Madrid. Su historia dice que sus técnicos son conocidos más por sus habilidades deportivas que por sus gestos extradeportivos. Viendo a Mourinho, quizá se podría parafrasear el refrán. 'De tal palo, tal astilla', vendrían a decir los castizos.
"La culpa fue del Sevilla"
Palo (y grande) el que se llevó el propio Herrerín el pasado domingo. Este veterano trabajador de 75 años nunca se había visto en una parecida desde que entrara en el club blanco allá por 1974, cuando todavía era Santiago Bernabéu el dueño de los designios merengues.
Según su propia versión, dada al diario Marca, todo arrancó con la provocación de Cristobal Soria, asistente del Sevilla quién, a la hora de marcharse al túnel de vestuario, enseñó insistentemente al banquillo del Real Madrid la famosa 'manita' del Camp Nou.
Silvino Louro se calentó y como si de un tren sin control se tratase, se lanzó a por el rival con no muy buenas intenciones. Herrerín trató de frenarlo y entonces apareció la mano potente del portugués para mandarlo al suelo. "Me pidió perdón de manera inmediata, ya dentro del vestuario", comenta Herrerín. "La culpa la tuvo Cristobal, es un provocador", continúa.
Este es el básico argumento que en el Real Madrid usan para defender a su preparador de porteros (expulsado, por cierto, por Clos Gómez, al igual que Cristobal Soria).
La postura oficial del club es que ellos no sancionarán a Louro por algo así. En todo caso, afirman, que se sancione al sevillista, incitador de todo este acontecimiento.
El antecedente de Preciado y Faría
De puertas para afuera, muchas son las críticas que le han caído a Louro por este gesto, más si cabe porque llueve sobre mojado tras el famoso percance entre Ruíz Faría y Manolo Preciado, técnico del Sporting de Gijón, tras el duelo caliente entre blancos y asturianos precedido por las acusaciones de "canalla" con las que definió Preciado a Mourinho.
Ya en la zona del parking del Molinón, el asistente se encaró con el técnico y varios de sus familiares haciéndoles gestos con el pulgar hacia abajo.
"He dado un beso a mi hijo, me he vuelto para irme all vestuario y me ha comentado que, ya cuando estaba a medio camino, el hombre éste le estaba haciendo gestitos a mi hijo, pero vamos, que parece que no ha tenido suficiente y el gallo éste se ha bajado para decirme cositas. Afortunadamente mi hijo, de 25 años, no le ha dicho nada porque todavía mantenemos un poso de educación familiar", dijo en su día Preciado sobre el incidente, primero de los que ya han tenido como protagonistas a los ayudantes de Mourinho.