
Cinco futbolistas del filial del RCD Espanyol han acabado esta noche en el hospital tras el encuentro que ha disputado el conjunto barcelonés en la localidad leridana de Balaguer, que acabó con 3-1 favorable a los locales. Uno de ellos, el guardameta rumanu Dinu, con rotura de prepucio lo que le ha obligado a recibir seis puntos de sutura.
Este arquero, tercer portero del primer equipo, sufrió el desgarro en el comienzo del partido, aunque, en caliente, no se dio cuenta de lo sucedido. Fue ya al final del partido cuando, al desnudarse, comprobó una gran mancha de sangre en su pantalón.
"Al principio me dolía un poco, pero no mucho. Fue a la salida de un córner. Un jugador me dio, no sé con qué, y noté algo, pero no mucho. En el descanso no vi nada porque la sangre no se transparentó en el pantalón. Fue al final del partido cuando me di cuenta de todo. Ahora me duele mucho. Es el mayor dolor que he sentido en mi vida", ha afirmado en la Cadena COPE.
El resto de los afectados no deja lugar a mucho optimismo. Molina se ha retirado con rotura del tabique nasal, Joselu, con un traumatismo, no ha podido completar el choque igual que Sielva, con una contusión abdominal. Eric, con un fuerte golpe en la cadera, también tuvo que ser trasladado a un hospital.
Todos han sido tratados en la clínica Quirón de Barcelona, salvo Joselu, quien fue traslado de urgencia al Hospital Arnau de Vilanova (Lleida), ya que padecía pérdida de conocimiento. El jugador estará en observación entre uno y dos días.
Partido "violento" según el español
Según informa la pagina web del RCD Espanyol el partido fue "violento" por parte del Balaguer y subraya las bajas como "heridos de guerra", después de destacar que la tensión se vivió "desde el primer momento".
Por su parte, el técnico de Balagués, Luis Elcacho, negó tal afirmación y aseveró que el partido fue intenso "pero que en ningún instante fue duro. De hecho el fisio del Espanyol sólo tuvo que salir dos veces al campo. Mis jugadores no soy violentos", dijo.
El duelo acabó sólo con dos expulsiones, tarjetas rojas que, según reconocieron ambos conjuntos, se produjeron al final del partido y por acciones que no tenían que ver con violencia, sino por pérdida de tiempo y protestas ante el colegiado del encuentro.