
Paradojas del mundo culé, el color blanco trajo el debate a la última asamblea general de socios compromisarios del Barça. El blanco del voto emitido por Sandro Rosell en el punto más importante del día, el que decidía si llevar a Laporta ante la justicia por su irregular gestión. El gesto del presidente culé ha sido interpretado como una acción cobarde para los laportistas. Los antilaportistas lo califican de paso tibio y le acusan de falta de contundencia. Otros lo ven como un acto de transparencia ¿Qué se esconde detrás de un guiño así?
Según la versión oficial, la respuesta reside en las dudas que albergaba el presidente culé sobre qué hacer con su antecesor. No sabía qué le pedía el cuerpo. ¿Cargar contra Joan o dejar pasar el asunto como hicieron sus antecesores? "He aquí la cuestión", se preguntaba el mandatario.
El discurso que expuso el pasado sábado ante los dueños del club fue fiel reflejo del debate personal que, aparentemente, carcome a Rosell. Dio motivos para acusar a Laporta, pero también puso sobre la mesa cinco razones para no hacerlo. En consecuencia, y ante la confrontación de unos y de otros argumentos, decidió abstenerse.
El tejido social del FC Barcelona prefiere dar otras versiones a este acto. La mayoría se aleja de la argumentación oficial porque sabe que ha sido el propio Rosell y su junta directiva la encargada de airear poco a poco, filtración a filtración, los distintos excesos que perpetró Laporta durante su mandato.
Bien cierto es que la 'Due Diligence' se trató de una promesa electoral, pero ventilar sus datos, no. El actual presidente culé no ha hablado de este caso los días previos a la asamblea. Las informaciones sobre el asunto lo han hecho por él.
Esta portavocía oficiosa gritó alto y claro: "Laporta despilfarró a sus anchas" apuntaban los titulares de prensa a este fin de semana. Los números expuestos en la reunión de socios compromisarios corroboraron la tendencia y animaron a que se abriera proceso contra el anterior máximo mandatario.
"Tener un presidente que es capaz de abstenerse en una cosa que él pone en la asamblea, es de cobardes", comentó Albert Perrín, ex directivo blaugrana y exponente del núcleo duro del 'laportismo'.
Entre la tibieza y la admiración
En el lado opuesto se encuentran aquellos que echaron de menos en Rosell una actitud más firme, una prueba más contundente con la que ejemplarizar en el mundo del deporte y demostrar que no todo vale cuando uno accede a un cargo como el que ostentaba Laporta.
Este sector crítico considera que la guinda a una asamblea modélica hubiera sido el voto de Rosell a favor de la acción contra el ex mandatario.
"Rosell se equivocó votando en blanco como si quisiera ser el Papa que está por encima del bien y del mal (...) Un presidente debe mostrar firmeza y coherencia en los momentos difíciles. Quien conocía mejor que nadie la ?due diligence? y dimitió entre otras cosas porque no se emprendieron acciones legales contra Gaspart, no puede echarse atrás a la hora de la verdad y desorientar al socio", reflexiona Josep Maria Casanovas en el diario Sport.
También los hay que consideran que con este gesto, Rosell mandó un mensaje de transparencia. "Yo expongo, vosotros decidís", les dijo a los socios.
"El presidente Sandro Rosell se abstuvo y pocos minutos antes efectuó un discurso inédito en el que planteó los pros y los contras en un ejercicio de transparencia y equidistancia costoso de ver hoy en día", cree el director de El Mundo Deportivo, Santi Nolla.
Paleta multicolor de críticas a una acción nunca antes vista en la historia del FC Barcelona. Hoy le dará réplica Joan Laporta. Seguro que tendrá palabras contra la actitud de su sucesor en el cargo.