La gestión de Joan Laporta sigue dando de qué hablar casi tres meses después de su salida del FC Barcelona rumbo al mundo de la política nacionalista. Según informa en la edición de este miércoles el diario Marca, el ex presidente blaugrana habría cargado a nombre del club numerosos dispendios personales que abarcan un amplio abanico. Desde discotecas a joyas, pasando por ayudas millonarias a la Federación Catalana de Fútbol.
El rotativo madrileño afirma que todos esos gastos explicarían, en parte, la falta de 'cash' que se encontró Sandro Rosell nada más aterrizar en el palco del Camp Nou.
Situación límite que provocó la toma de medidas extraordinarias, entre ellas, la venta de Chygrynskyi (Guardiola no quería venderle y la decisión no sentó nada bien en el vestuario) o la petición de un crédito de 150 millones de euros.
Ante tan inesperados problemas, el club habría solicitado una auditoría a la empresa KPMG cuyos primeros resultados son los que ha filtrado Marca. El informe final se conocerá a la conclusión de septiembre.
Discotecas, joyas, catering...
Según estos datos, Laporta habría abierto un apartado en las cuentas blaugranas dedicado sólo a las discotecas, lugares donde él y sus jugadores celebrarían sus títulos.
La famosa Luz de Gas, de donde se sacaron las polémicas fotos de Laporta empapado en champagne, sería una de las mayores beneficiadas. Aquella fiesta en cuestión le habría supuesto al club 7.000 euros.
Hay más: El Barça habría comprado más entradas de las que la UEFA le otorgó para la final de la Champions en Roma (2009), asientos cuyo coste habría sido de casi un millón de euros para las arcas culés.
También aparecen dispendios en joyerías (420.000 euros), catering del palco (el último partido de Liga habría costado 42.000 euros) o en empresas de seguridad (40.000 euros en Uzbekistán) que no habrían salido a la luz de manera pública.
Además, también figura una partida 600.000 euros de ayuda a la Federación Catalana de Fútbol. Sin embargo, siempre según la versión de Marca, este desembolso todavía no se habría ejecutado, con lo que Rosell podría ordenar que se parase la transferencia o que se redujese.
Cabe recordar que Rosell ha manifestado desde su llegada a club que la entidad, bajo su presidencia, mantendrá una nueva política de austeridad que permita recuperar la salud de las arcas barcelonistas.
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