
La palabra descanso no parece existir en el vocabulario de Vicente del Bosque. Tampoco se sabe nada de la presencia del término euforia. El seleccionador del último campeón del mundo sigue de gira. Entrevista tras entrevista, aparca las vacaciones para seguir explicando qué se siente al dar rienda suelta a la felicidad de millones de españoles. ¿De todos? A estas alturas de la resaca mundialista, el técnico desconoce si Luis Aragonés le ha llamado para felicitarle.
No es una cuestión de desconfianza. Es que Vicente perdió su móvil antes del Mundial de Sudáfrica (así lo explico en varias entrevistas durante el torneo) y con él, la agenda con la que saber quién le llama. Por eso no tiene claro si, entre los cientos de mensajes y llamadas que recibió a las pocas horas de vencer a Holanda, se encuentra algún recado del ex-seleccionador.
"No lo sé, porque he recibido muchas llamadas y muchos mensajes. He ido leyendo todos, algunos venían identificados y otros no, pero he perdido la agenda", explica el salmantino en una entrevista concedida a Veo Televisión y que será emitida este viernes.
Durante el campeonato, las referencias de Aragonés en las retransmisiones de la cadena qatarí Al-Jazeera (fue contratado como comentarista por una suculentísima cantidad de dinero) crearon más de una polémica. Especialmente sonadas fueron las primeras que realizó durante el encuentro ante Suiza: "Nos ha podido pesar la vitola de ser favoritos. Nos hemos confiando", dijo entonces.
Siete partidos después y una copa de por medio, Luis cambió de opinión: "Hemos sido justos vecendores. España es la mejor del mundo", dijo tras la final.
Pese a que no son buenos amigos, pese a que tan sólo se les puede calificar como conocidos, Del Bosque nunca quiso polemizar. "En fútbol todas las opiniones deben ser respetadas. Entiendo que él tenga su visión. No tengo nada que discrepar con él, seguro que no", comentó tras aquel duelo inaugural frente a los helvéticos.
La espina clavada del Real Madrid
Ganar un Mundial es, en palabras del propio entrenador, "lo más grande que le puede pasar a un jugador de fútbol", comentó antes de la finalísima. A él le hubiera gustado estar en la cita ante Holanda vestido de corto, y no en el banquillo. Pese a ello, Del Bosque no se cortó al asegurar que también era uno de sus sueños.
Sin embargo, a él lo que realmente le emociona, de lo que se siente más orgulloso es de su etapa como madridista.
"De lo que me siento más orgulloso es de haber estado 36 años en el Real Madrid. Empecé como meritorio intentando ser futbolista y terminé como entrenador del primer equipo. Había sido mi casa, mi vida. Era impensable que saliera con esa frialdad pero es mejor no removerlo y dejarlo ahí casi como una anécdota", explica con un punto de ironía, con recelo en su mirada.
Florentino Pérez decidió despedirlo tras considerar que no tenía la mano dura suficiente con algunos jugadores que, según el presidente blanco, se amotinaron contra la voluntad del mandatario. Tampoco le gustó que Del Bosque no le apoyara. El técnico fue despedido de manera fulminante tras ganar la Liga 02-03.
Un nuevo patriotismo futbolero
Aquello es pasado. Como los sufrimientos a los que se ha visto sometida España durante el Mundial. Tras ganar el campeonato, las alegrías pesan más que las angustias, pero éstas también existieron. "Pasamos ratos complicados, la derrota ante Suiza fue muy dura, algunos minutos ante Chile... pero la madurez de los jugadores los fueron solventando", relata.
Según el torneo fue avanzando, España se sintió más y más cómoda hasta conseguir alzar un título que en nuestro país ha desatado una nueva ola de 'españolismo' vinculado a los valores del deporte y de este conjunto de campeones humildes y cercanos.
Buena noticia, según del Bosque: "En estos momentos que creo que a España le viene bien todas estas manifestaciones en algunos casos se ha convertido en una exaltación patriótica", reflexiona, orgulloso.