Fútbol

Los juerguistas más conocidos del fútbol español

Ronaldinho, Cristiano, Guti o Laporta han sido cazados en fiestas nocturnas

Fútbol y fiesta se han convertido en un binomio demasiado recurrente en los últimos años. La explosión de una generación de futbolistas más irresponsable y la cultura de la diversión constante ha provocado escenas y polémicas que han hecho época. Las supuestas juergas de Cristiano Ronaldo que le han enzarzado en una demanda con 'Sálvame' son el último ejemplo.

El portugués había sido acusado por parta de este programa del corazón de Telecinco de haber organizado dos grandes celebraciones en su casa, una de ellas previa al Clásico.

Más allá de la veracidad o no de la información, esta noticia vuelve a traer al primer plano de la actualidad deportiva las juergas de los cracks que son mirados con lupa por sus aficionados, especialmente si, como en el caso del Real Madrid, el momento de forma no es bueno.

El debate es eterno: ¿deben salir los jugadores de fiesta? ¿Cuáles son los límites de un profesional de la vida sana que cobra millones y millones de euros? Seguramente la respuesta depende, y mucho, de cuáles sean los resultados del futbolista en cuestión y de su club. Si ambos cuadran a la perfección, la afición suele mirar a otro lado. De no ser así, el enfado es monumental.

Con todo, la historia ha dado ejemplos de casos enquistados y endémicos que han terminado por convertirse en pequeños pecados veniales perdonables para dioses terrenales con el balón en los pies. Romario es, quizá, el caso más claro.

El delantero terminó su carrera en Brasil reconociendo abiertamente sus frecuentes juergas. El público lo aceptó como el peaje necesario para disfrutar de uno de los mejores jugadores de todos los tiempos.

Excepción generalizada para un colectivo que ha dado titulares sonoros (más si cabe en los últimos años con el auge de la prensa rosa) entre copas no precisamente ganadas en un terreno de juego, sino cargadas de alcohol en la barra de un club elitista.


Cristiano Ronaldo y Paris Hilton

Su fama de crack mundial se extiende más allá de los terrenos de juego e invade las pistas de baile. Él nunca se ha escondido. "Me gusta divertirme cuando no estoy en plena temporada. Cuando el balón rueda, me concentro y evito las discotecas", comentó a principio de temporada en una de sus entrevistas.

Pese a que parece ser que sus opiniones se confirman y que sus compañeros hablan de una actitud cuasi monacal cuando rueda el balón, lo cierto es que todos mantienen en su retina las imágenes del pasado verano en las que el luso, recién fichado por el Real Madrid, se lo pasaba bomba con Paris Hilton.

La multimillonaria y el multimilllonario se mostraron en actitud acaramelada, aunque, Paris desmintió que el crack fuera tan bueno en otros ámbitos más allá de los deportivos. "No vale tanto", comentó a una revista rosa.


Ronaldo y los travestis

Luiz Nazario da Lima, Ronaldo, (el primero y para muchos el único que merece ser llamado así) siempre ha disfrutado, y mucho, de la noche. Como buen crack brasileño, se ha dejado arrastrar por la fiesta en demasiadas ocasiones. En muchas, con un frenesí que le ha pasado muy malas jugadas.

El caso más llamativo lo protagonizó en 2008 cuando terminó enrolado en una extraña historia con travestis de por medio. El jugador (por entonces en plena recuperación física con el Milán) contrató a una prostituta y se la llevó a un motel. Más tarde llamó a otras dos más que resultaron, como la primera, ser hombres. Ronaldo no quiso pagar, las meretrices le denunciaron y todos terminaron en comisaría.

El jugador pidió perdón mientras reconocía que los travestis quisieron extorsionarle casi 20.000 euros para no aparecer en la prensa. Lo hicieron y el caso terminó siendo manchando para siempre su currículum.


Ronaldinho y sus timbales

El tercer 'Ronaldo' que se une a esta lista de fiesteros jugadores es Ronaldinho. El ex del Barça ha protagonizado muchas informaciones que le colocaban en salas de baile y demás locales donde, hasta altas horas de la madrugada, ha disfrutado de compañías también lujuriosas.

Su exceso de afición a la fiesta le hizo bajar su rendimiento en el FC Barcelona y fue uno de los motivos por el que el conjunto culé le vendió al Milán.

Pese a que ya no es el de antes, Ronaldinho no ha dejado nunca su gusto por la noche. Tanto es así, que la prensa italiana suele mostrar con cierta frecuencia pruebas gráficas que señalan el dónde, cómo y cuándo estuvo el 'Gaucho' de juerga. Él, lejos de esconderse, mantiene sus salidas y afirma que "pertenecen a mi vida privada".


Guti: 'pim, pam, pim, pam'

Él canterano del Real Madrid arrastra también una buena fama de juerguista empedernido. Pese a que las suyas no han sido fiestas de altísimo nivel (desde luego no se acerca al grado de lujuria y desenfreno de los tres cracks citados hasta ahora), es un un habitual de los locales madrileños más conocidos.

La reiteración del 14 es constante y él mismo lo reconoce con declaraciones que, como siempre que ocurre con el segundo capitán merengue, generan a su alrededor mucho revuelo y polémica. "Claro que salgo ahora de fiesta. Aprovecho el momento. No lo voy a hacer cuando tenga 60 años, digo yo", comentó hace no mucho tiempo en una entrevista que realizó al diario Marca. Semejante fama se ha visto incrementada cuando Guti declaró en una recinte entrevista que quiere retirarse a vivir a Tailandia cuando acabe su carrera profesional.

Por todo ello, cuando el mediocampista sufre lesiones quizá demasiado prolongadas en el tiempo, sus detractores le acusan de sufrir dolencias propias de un habitual de las fiestas. Tanto es así, que el programa Cracovia de TV3 le ha parodiado (e inmortalizado) como un habitual de las salas madrileñas que no para de repetir un desenfrenado "Pim, pam. Pim, pam".


Robinho y las camisinhas

Allá por octubre de 2007, Robinho protagonizó una de las más sonoras fantasmadas (o machadas, quién sabe) del deporte mundial y la diversión cuando afirmó haber pedido hasta 40 preservativos (camisinhas) para él, Ronaldinho (de nuevo Ronaldinho) y Vagner Love a fin de satisfacer su seguridad en una noche de desenfreno tras un partido de Brasil.

"La fiesta solo terminó porque los sambistas y los músicos contratados se negaron a seguir actuando y los responsables del sonido, exhaustos, desconectaron los equipos y decidieron no continuar trabajando. Ronaldinho habría dicho que como su avión a España partía a las 18 horas quería que la fiesta no parase para ir al aeropuerto directamente, lo que no fue posible", comentaron las crónicas de los periódicos locales sobre el ex jugador del Real Madrid y el del FC Barcelona.

Las bromas en el vestuario blanco no pararon de surgir y desde entonces, al crack le consideraron un auténtico galáctico de las pistas de baile y las escenas íntimas, muy por encima, como ha demostrado el tiempo, de sus dotes futbolísticas.


Laporta, el puro y la botella de champán

No es fútbolista, pero su juerga bien la pudieron habier firmado cualquiera de los jugadores comentados en estas líneas anteriores. Joan Laporta, presidente del FC Barcelona, celebró por todo lo alto la victoria frente al Real Madrid en diciembre de 2009. En una discoteca barcelonesa, el dirigente dio rienda suelta a su imaginación.

Visiblemente manchado en sudor y alcohol. Así aparecía Laporta en las imágenes que el diario La Gaceta cazó in fraganti.

Lo más sangrante para muchos fue que apareciera portando una botella de champán en lugar de una de cava. Laporta, como buen catalanista que se precie, defiende esta bebida por encima del champán. Sus críticos se cebaron con él por no ofrecer la imagen que se espera de un presidente de un club de tanto prestigio como el Barça.

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