
Tomen nota. Los 23 españoles que en la noche de este miércoles conquistaron París son los mismos que viajarán a Sudáfrica. Costelación de estrellas que lidera la quinielas para ganar el Mundial y que en el choque frente a Francia demostraron, uno a uno, por qué son candidatos a lograr el doblete.
Todos tocaron el cielo de la gloria en la ciudad del amor. Enamorados tienen a toda España con su juego y asustada al resto del mundo. La humillación a la que sometieron este miércoles a Francia es la prueba definitiva. Último test antes de que llegue lo serio. Estamos preparados.
Este es el análisis, úno por uno de los conquistadores españoles que ayer tomaron París entre olés y exclamación de las gradas de Saint Denis.
Iker Casillas: Histórico. No es que el de ayer fuera su mejor partido. Tampoco necesitó exprimirse al máximo. Sí que será uno de los más recordados en su carrera. Con 102 duelos a sus espaldas, ya sólo tiene por delante a Zubizarreta para ser el internacional con más partidos. Sobrio en los momentos importantes, apenas necesitó esforzarse en un par de ocasiones. El palo de Maloudá fue su único susto. Anecdótico.
Sergio Ramos: Vuelve a ser el de siempre. La banda derecha fue suya. Inasequible al desaliento Henry todavía sueña con él. Además mojó. Siempre que lo hace, sus goles con 'La Roja' tienen kilates. Regresa el rey de Camas.
Puyol: La competencia de Francia está mermada, cierto, pero este tigre del esfuerzo no baja la guardia, ya sea enfrentándose a los mejores del mundo, ya sea midiéndose a juveniles. Será el líder de la zaga en Sudáfrica.
Piqué: Un ingeniero con casco de obrero. El mejor central de Europa -con diferencia- volvió a escribir en París una tesis doctoral del defensa perfecto: visión, contudencia, velocidad y clase. Piquenbauer es un fijo.
Arbeloa: Ante Francia ratificó su revolución silenciosa. Ya es un fijo en el Real Madrid y ayer, en el lateral izquierdo, volvió a ratificar su condición de indiscutible. Trabajó más de la cuenta en la segunda parte. Su fondo físico le ayuda. Ribery también tendrá pesadillas con él. 'La Roja' ya tiene a su nuevo Chendo.
Xabi Alonso: Ser camaleón es su oficio. Con Xavi como compañero de armas le toca siempre ser el destructor. Ayer con Busquets como compañía, se puso el esmoquin de tiralineas. Efectivo especialmente en el pase en largo, fue el director de orquesta de la sinfónica española.
Busquets: Otro de los milagros Made in Guardiola demostró que puede ser perfectamente titular con este equipo. Senna ha encontrado en él un duro competidor. Del Bosque duda. Ayer se convirtió en los pulmones de España, sin descuidar su clase. Lejos quedan los tiempos de aquellos centro del campo con Alkorta, Hierro, Nadal, Iván Campo...
Silva: Pónganse la servilleta. Prepárense para degustar lo más exquisito del menú español. Llegamos a la línea de los bajitos, empezando por este valencianista invisible. Invisible porque su velocidad mental está cuatro escalones por encima del resto. Con libertad de movimientos es único. Su pase a Villa en el primer gol va camino de las escuelas de fútbolistas.
Iniesta: En la ciudad que concede el Balón de Oro, este muchacho de Albacete agigantó su figura. Se lo merece de una vez. Pases cruzados, toques cortos, regates...los defensas no lo persiguen a él, sino a su sombra. Villa le disfruta. Con espacios es mortal. Viva Fuentealbilla. Viva Iniesta.
Cesc: Este es su año. No lo duden. Se ha quitado la careta de la vergüenza y los complejos que le atenazaban cuando jugaba con 'La Roja' y empieza a ejercer de líder. Galones que tiene en Arsenal y que ayer heredó de Xavi. Mandó en el centro del campo y templó. Francia mataría por tener a uno como él. Y Brasil, e Italia, e Inglaterra y Argentina...
Villa: Florentino Pérez y Joan Laporta deberían hacérselo mirar. No es que el Guaje marcara ayer, sino que también desplegó un repertorio brutal de recursos que sólo están al alcance de los delanteros llamados a ser estrellas de ayer, hoy y siempre. Desmarques, regates, asistencias y sobre todo: olfato de gol. En el Madrid no le quisieron por uno millones y en el Barça lo despreciaron por no soportar duras negociaciones. Que ambos se lo hagan mirar.
Albiol: Junto con Xavi y Torres salió en la segunda parte y fue, de ellos, uno de los que más destacó. En parte porque se comió el trabajo sucio. Tuvo que achicar balones en el área cuando los galos más apretaban. Está llamado a ser la pareja de baile de Piqué.
Xavi: Diplomático del Bosque, decidió darle descanso. Llegaba tocado tras una lesión. En Sudáfrica será titular, ahora bien, ¿dónde? por delante de la defensa o como mediapunta, a Xavi le da igual. Ayer se disfrazó de mediocentro. También le espera el Balón de Oro. Lujazo para 'La Roja'.
Torres: Del Bosque le sacó por Villa y por primera vez en mucho tiempo no compartió escenario con el Guaje. Le gusta más jugar acompañado que solo, pero que nadie se engañe. Con espacios es también letal (que se lo pregunten a Alemania). De cómo esté fisicamente bien dependerá que le robe el puesto a Cesc o siga de suplente.
Navas: La mejor noticia de la segunda parte lleva el nombre de este pequeñajo que en apenas unos minutos hizo más que Ribery. Se entiende que hizo más que Ribery en los últimos tres meses. Cuando la pelota llega a sus pies, se sabe que algo pasa. Encara con descaro. Si los grandes confían en su estabilidad mental, puede ser el oscuro objeto de deseo del mercado de verano.
Senna: Debe recuperar, y mucho, su forma física para volver a ser el líder del centro del campo que asombró en la Eurocopa. Tiene tiempo para lograrlo y la confianza de un Del Bosque que, salvo lesión, le llevará seguro. Ayer se le vio algo corto de pulmones para hacer frente a la crecida marejada francesa.
Güiza: Su presencia ayer fue testimonial. Nada que destacar de un delantero al que no le llegó ningún balón y que es la única apuesta para el Mundial más lograda por su capacidad para hacer vestuario, que por sus estadísticas esta temporada.