
"Cuando sea presidente del Barça, yo no voy a pedir la independencia de Cataluña". Rotundo y sin rodeos. Jaume Ferrer, actual vicepresidente culé y candidato a la presidencia blaugrana ha querido, así, desvincularse totalmente de Joan Laporta y su concepción del equipo.
"La política sólo me interesa como ciudadano, cuando hay elecciones. El presidente del Barça no debe hacer política", comentó en la madrugada del jueves Ferrer en una entrevista concedida al programa El Larguero, de la Cadena SER.
Manifestada su opinión, es fácil extraer conclusiones: a Ferrer no le gusta para nada el juego político que habitualmente utiliza Laporta.
De hecho, el precandidato culé (todavía no ha hecho oficial su candidatura) afirma que desde que accedió a la junta directiva en 2003, ha pedido en varias ocasiones a Laporta que desista de esta actitud. La respuesta ha sido siempre la misma: silencio.
"Él juega a decir que está en la frontera de hacer política con el club y que no la sobre pasa. Yo lo tengo claro: a mí no se me verá al frente de ninguna manifestación o acto independentista de cualquier tipo. No voy a usar mi cargo para colocarme en una mejor posición política", comenta con palabras en forma de dardo hacia el actual máximo mandatario culé.
El Barça, el equipo de España
Para Ferrer, el club ha perdido un tiempo vital para poder hacer del Barça el club de todos los españoles. Aunque para él la "batalla" por ser el equipo más querido (por encima del Real Madrid) todavía está "abierta", las actitudes nacionalistas de Laporta han hecho mucho daño al club.
"Tenemos 200 millones de aficionados en todo el mundo, pero es cierto que España es nuestra asignatura pendiente", comenta. "Tenemos que conseguir que un socio o aficionado de Cádiz o La Coruña se sienta tan culé como un socio o un aficionado de Barcelona o Cataluña", prosigue.
"Mis ideales políticos no importan porque quiero ser el presidente de todos los barcelonistas", concluye.
Problemas desde 2009
No es esta la única discrepancia que mantiene con Laporta. Sus relaciones no son buenas desde hace tiempo. Ferrer las define eufemísticamente de "cordiales", aunque al preguntársele un poco más, se sincera: "No hemos tenido buen rollo especialmente en el último año. Todo ha ido a peor desde 2009", afirma.
El motivo es evidente: ir en contra de los planes del presidente. Laporta esperaba que Ferrer se uniera a sus planes para hacer una candidatura continuísta con Alfons Godall, pero Ferrer se negó. No quería aceptar ser un mero actor secundario de los designios del 'Laportismo'. Su rechazo prendió la mecha.
Todo comenzó en la comidad de Navidad, cuando Laporta le reprendió por mostrar públicamente su decisión. "Discutimos en el despacho de Joan Oliver [director general del Barça]. No llegó a ser una reprimenda pública. Me dio su opinión". Opinión que, por lo que deja entrever en esta entrevista, tuvo tintes amargos.
"Laporta ahora es más irritable"
Según Ferrer, a Laporta le ha cambiado mucho su forma de ser en los últimos años. "Yo creo que se le ha acentuado el carácter. Seguramente tiene mucha menso paciencia y es mucho más irritable en estos momentos. El espiritu con el que llegó en 2003 se ha perdido", analizó.
Ese espíritu lo compartió también con Sandro Rosell, vicepresidente en los inicios de Laporta y posterior desertor de la directiva tras no estar de acuerdo con la gestión de éste. Ahora Rosell se presenta a las elecciones.
"Tengo buena relación con él y no descarto poder fusionar las candidaturas, aunque es una posibilidad que no contemplamos ahora mismo", afirmó.
Pese a estos problemas afirma que le merece la pena seguir de vicepresidente porque puede saber mejor qué estrategias se pueden tejer en el seno de club contra él (si es que existiesen) y además de por amor a sus colores.
"Me merece la pena continuar porque mi responsabilidad es el club. Yo he querido al Barça desde pequeñito", aseguró.
Sí a la escolta a Laporta
También quizo zanjar la polémica sobre si mantener o no la escolta a Laporta por las amenazas de los radicales culé. "A cualquier presidente en peligro por motivos directamente relacionados con el Barça se le debe mantener la protección", afirmó
Ante este panorama, lo lógico es que algunos consideraran que Ferrer no debe invitar a Laporta a su presentación como candidato. No lo cree así el candidato. "Invitaremos a todo aquel que quiera venir y si el presidente lo desea, será bienvenido", zanjó.