El Portsmouth, conjunto que milita en la Premier League inglesa, ha sido apercibido por la competición anglosajona y por la Asociación de Futbolistas Profesionales (PFA) por la crisis financiera que atraviesa desde el último año, circunstancia que podría descenderle de categoría en caso de no resolverse de forma inmediata.
El equipo de Hampshire, propiedad del empresario saudí Ali Faraj desde el pasado mes de septiembre, acumula un trimestre de retrasos en los pagos de los salarios de sus propios jugadores, algo que ha despertado grandes preocupaciones en el entorno del certamen doméstico británico.
Asimismo, el club también se enfrenta a una disolución del Gobierno el próximo miércoles por la elevación de su deuda tributaria, que oscila entre los 60 y 100 millones de libras esterlinas, y que podría forzarles al descenso a la 'League One', tercera división inglesa, en caso de no subsanarse.