
Real Madrid y Atlético empataron a un gol en un derbi que sirvió para romper la racha de diez victorias consecutivas de los blancos, que se alejan hasta los seis puntos respecto al líder, el Barcelona
Un Atlético serio y disciplinado que desaprovechó una gran oportunidad en el Bernabéu, en el que no gana desde 1999, porque Agüero, Forlán y Sinama, ante el vacío dejado por la ausencia de Pepe, contaron con un puñado de ocasiones.
Juande cubrió la baja del central portugués trasladando a Diarra al lateral y Sergio Ramos como acompañante de Cannavaro. El Real Madrid perdió fuerza en la medular sin el francés y dejó maniobrar de espaldas a un habilidoso Agüero. El argentino era un ancla. Su extraordinario juego de espaldas permitía al Atlético desplegarse por los flancos, con Maxi y Simao.
Paulatinamente el equipo blanco fue desconectándose. Idéntica situación que frente al Liverpool. El Atlético juntó su línea defensiva con Camacho y Assunçao y arrebató los espacios a un Real Madrid que no sabe jugar sin ellos. Raúl y Huntelaar se ahogaban en la frontal rojiblanca y tampoco Guti encontraba su tiralíneas porque no había desmarques.
El único fútbol de los locales le correspondía a Marcelo y Robben, y eso supone inspiración discontinua. Además Leo Franco bloqueó con acierto sendos disparos del brasileño y holandés mientras del otro lado Casillas también ejercía de muro para Agüero.
Un fútbol equilibrado y apasionado en el de ambos equipos, pero sin excesivos argumentos ofensivos. El partido sólo podía romperse en un contragolpe. Puro y vertiginoso lanzado por el Atlético al filo del descanso. Con Agüero tocando de 'primeras' en pared y dejando sólo a Forlán delante de Casillas. Una definición cruzada y el equipo de Abel se adelantó con precisión.
El empate de Huntelaar
El Real Madrid no varió la fórmula en el comienzo del segundo acto y el Atlético disfrutó de su oportunidad para conseguir otro 'tocado' en cuerpo blanco. Los locales no obstante mejoraron el tono con los cambios de Juande. Diarra volvió al centro del campo y el Real Madrid creció e Higuaín también generó mayor movilidad en ataque.
La consecuencia fue inmediata porque un precioso servicio del argentino lo aprovechó Huntelaar para 'hundir' el empate en las mallas rojiblancas. La única jugada de mérito del holandés pero que equilibraba de nuevo el choque.
El gol, eso sí, no causó efecto sobre el Atlético, que desnudó constantemente a un Real Madrid precipitado, consciente de que el Barça estaba cumpliendo su rol ante el Athletic. De hecho el equipo de Abel perdonó. Forlán, al palo, Agüero, en dos ocasiones, y Sinama, con Casillas ya batido, obviaron el gol aunque pareciera un imposible.