Chrysler, controlado por la italiana Fiat, ha iniciado la producción, en su planta canadiense de Brampton, de los nuevos modelos Chrysler 300 y Dodge Charger, para lo que ha realizado una inversión de 1.000 millones de dólares (775 millones de euros al cambio actual) desde 2008.
La factoría de Brampton también ha empezado a fabricar la versión de 2011 del modelo Challenger de Dodge. Chrysler señaló que estos tres nuevos coches forman parte de los 16 nuevos vehículos que la empresa presentó el año pasado, como parte de su ofensiva de producto.
El consejero delegado del consorcio con sede en Auburn Hills (Michigan), Sergio Marchionne, explicó que el lanzamiento del nuevo Chrysler 300 y del Dodge Charger demuestra "lo lejos que ha llegado la empresa en 18 meses".