El ejército, apoyado por tanques, extendió el sábado sus operaciones en el noroeste de Siria, cerca de Turquía, para poner fin a toda oposición al régimen, mientras Gran Bretaña pedía a sus ciudadanos que abandonen ese país.
Al mismo tiempo, unas 70.000 personas participaron el sábado en Deir Ezzor (este de Siria) en los funerales de los dos manifestantes fallecidos el viernes en esa localidad, declaró a la AFP el presidente del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Rami Abdel Rahman.
También se celebraron funerales masivos en otras ciudades sirias por las 19 víctimas de la represión en las manifestaciones contra el régimen del viernes.
Según el Observatorio, con base en Londres, 1.309 civiles y 341 miembros de las fuerzas de seguridad han muerto en actos violentos desde el inicio del movimiento de contestación contra el régimen el pasado 15 de marzo.
El régimen continúa ignorando desde hace más de tres meses las llamadas internacionales para que ponga fin a la violenta represión, por lo cual el gobierno británico pidió a sus ciudadanos que partieran de Siria.