Leo Messi fue ayer uno de los protagonistas de la actualidad deportiva ya no sólo culé, sino mundial. Su mejora de contrato con el Barça (empezará a cobrar ya 20 millones de euros limpios por temporada) dio la vuelta al planeta. Se hizo de rogar, pero finalmente ha llegado.
Un acuerdo que se hizo oficial a eso de las 18:29 (así reza en la página web del club) pero que, por momentos, se pensó que se pospondría hasta el regreso del jugador desde el Mundial de Brasil.
De hecho, a primera hora del lunes fuentes del Barça filtraron que Messi no rubricaría aún el acuerdo ante el enfado que tenía por los hechos del sábado, cuando abandonó el Camp Nou tras empatar contra el Atlético entre algún que otro grito de desaprobación blaugrana. Leo, sin embargo, firmó. Y lo hizo a las 14:00. Así al menos lo desveló el reloj del presidente, Josep María Bartomeu.
En la foto que distribuyó el club se puede ver como el complemento en la muñeca del directivo muestra esa hora exactamente. Una instantánea en la que, por cierto, se puede ver como Bartomeu tapa el contrato con la misma mano en la que lleva puesto el reloj. Es como si tratase de ocultar cualquier posible dato impreso en el documento en cuestión.
Es decir, que el Barça tardó casi cuatro horas y media en hacer oficial que se había firmado el acuerdo con el argentina. La duda está en saber por qué se tardó tanto en hacer oficial este acto cuando, en verdad, todo estaba atado y bien atado desde el viernes anterior y cuando, se supone, la firma de este acuerdo debería ser una buena noticia para la entidad.
De hecho, el Barça reveló la noticia de la renovación de Messi apenas una hora y media antes de que también desvelase el acuerdo con Luis Enrique, Ter Stegen, Rafinha y Deulofeu entre otros. Ambas noticias se solaparon hasta que el fichaje del entrenador eclipsó el acuerdo con Messi.
¿Era esa la intención del Barça? ¿Pretendía el club blaugrana dar un alcance limitado a la renovación de Messi para que no se extendieran las voces críticas con semejante acuerdo económico?
Dudas que, por ahora, no resuelve el secreto de la foto que reveló la firma de este acuerdo. Un secreto escondido en la muñeca del presidente culé, Josep María Bartomeu.
¿Hay opción de venta?
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