Un panel de Rogelio López Cuenca y Antoni Muntadas, expuesto en la galería PalmaDotze, explica por sí sólo cuan larga es la sombra de la crisis en ARCO Madrid. Es una sucesión de titulares con la palabra crisis al rojo vivo: "Optimismo contra la crisis", "Grandes crisis, grandes oportunidades", "El arte moderno resiste la crisis", "Contra la crisis, buen precio e imaginación", "El arte pinta bien con la crisis"... Todos podrían valer para esta crónica de ARCOmadrid.
Claro que López Cuenca y Muntadas persiguen más que un titular. El trabajo se presenta como una promesa de conversación que incita a participar al espectador acerca no sólo del concepto de crisis y su polisemia, sino a repensar el amarillismo alarmista, el circunloquio evasivo y eufemístico del que se está haciendo gala.
Pilar Serra, directora de la Galería Estiarte, recoge las buenas sensaciones con las que arranca ARCO Madrid, pese a la anunciada ausencia de grandes coleccionistas, las inmobiliarias y bancos, que apenas se dejan ver. "Nosotros ya hemos vendido obra. No sabemos qué pasará, pero las primeras sensaciones es que este ARCO será mejor de lo que parece".
De momento, ayer, ya se veían coleccionistas, y hoy, primer día de apertura oficial, se oteaba bastante ambiente. Guillermo de Osma, Juana de Aizpuru no tenían respiro... "Creo que este año hay una apuesta muy destacada por la calidad", afirma Lourdes Fernández, directora de Arco. Y realmente es lo que se observa, apenas hay espacio para las "boutades" de otros años. Hay menos obra expuesta, los stand son más amplios, pero la selección es extraordinaria.
"Hay que venir con más fuerza"
"Nosotros siempre hemos intentado traer mucha calidad y obra muy actual. Pero es verdad que en los tiempos difíciles hay que venir con más fuerza", resume Serra. Eso es, a su espalda hay un Miguel Aguirre ya con punto rojo, vendido. Y ya se ven unos cuantos, quizás menos que de costumbre. Pero vender se vende. "Lo que no sabemos si será mucho o poco". Habrá que esperar hasta el lunes.
Así visto. Lo que no se ve en esta edición de Arco, brillante sin duda, es una rebaja en la cotización de los artistas. Los precios se mantienen, sin duda. "Una cosa es dar facilidades de pago, aumentar los plazos, etcétera... y otra devaluar a los artistas. Eso es algo que no vamos a hacer", insiste Serra, que exhibe así un sentir generalizado.
Luis Eduardo Cortés, presidente de Ifema, lo confirma: "No, no. La crisis afecta a todo, evidentemente. Pero ARCO no está en rebajas. Tenemos esperanzas de que va a haber bastante actividad".
Selección ecléctica
Marlborough ha hecho una selección ecléctica, como es habitual, pero que, este año aún más, resume perfectamente lo qué nos encontramos en Arco. Va desde un extraordinario Bacon ("Study from de Human Body") a un elocuente y realista Vicent Desiderio ("Lily in a roman chair"), pasando por las vanguardias, cuya representación se ha replegado, pero que, por ejemplo, en la Galería Guillermo de Osma han seleccionado extraordinariamente.
Picasso, Torres García Bores, pero también, referentes más actuales como, Saura y Canogar y, sobre todo, Tàpies, con un llamativo "La hora del pastor", un cuadro de su primera época , de la que apenas se encuentran piezas en el mercado.
Menos -obras, galerías, artistas-, pero más espacio para las galerías y más calidad, mejor oferta. Arco también ha encontrado en la crisis una oportunidad para una vieja aspiración: reducirse, concentrarse, para reanudar la calidad que en los últimos años había ido perdiendo. Al arte, le suele sentar bien la crisis: los buenos son los que realmente perviven. Y ahí están Bill Viola, Baselitz, Kitaj... Y galerías como Hauser & Wirth, Anthony Reynolds, que son de las mejores del mundo...
La presencia de India
La comedida presencia india, país invitado a esta edición, es, sin embargo, contradictoria. Porque mientras que algunos se esperaban un despliegue de arte folklórico, el desembarco es, sin embargo, toda una demostración que el arte contemporáneo tiene los mismos parámetros en EEUU, Gran Bretaña o India. No hay diferencias. Artistas como Valay Shende (Sashi Gallery), Praneet Soi (Proyect 88), Manish Nai (Galerie Mirchandani) demuestran que el arte no tiene límites.
Ocurre igual como la experiementación radical de Abir Karmakar o la denuncia de la homosexualidad reprimida de Bupen Karkar, que hablan no sólo de una sociedad que va destapándose, sino de un arte que, como en cualquier otra parte del mundo, va por delante.
La reflexión de Pilar Serra también vale para los pintores indios o para la selectiva presencia de la fotografía o la escultura -menos cantidad, más calidad-, para todo este Arco en general: "¿Cómo puede un coleccionista resistirse a comprar piezas de esta calidad?".
Ahora es el momento. Lourdes Fernández lo certifica: "Realmente este es un ARCO para comprar, porque no nos vamos a equivocar". Pues eso.