
El mítico Dry Martini de Barcelona, la coctelería de Javier de las Muelas, acogerá hasta septiembre una muestra artística con obras únicas de Javier Mariscal. La exposición acercará la producción del artista plástico a los clientes y curiosos. El año pasado, el bar de la capital catalana ya acogió una selección de los retratos de Maria Espeus de la modernidad barcelonesa de los ochenta.
"Esta idea surge de una amistad en común", comenta el barman a elEconomista.es. Tanto Mariscal como De las Muelas se conocieron en la Barcelona de los 70 donde la cultura y la coctelería, como manifestaciones emparejadas de la creatividad, convivían en los sitios de moda.
La iniciativa pretende recuperar este espíritu con una cuidada selección de pinturas, esculturas, cerámicas —quizá el aspecto menos conocido de la obra de Mariscal— y piezas inéditas, muchas de ellas creadas especialmente para esta ocasión y que podrán ser adquiridas por el público. Como señala el propio De las Muelas, se trata de un "un recorrido desde el pasado hasta la actualidad de su obra, pero con la mirada puesta en el futuro".

La muestra ofrece un itinerario visual por las diferentes etapas de la trayectoria de Mariscal. Las piezas se integran en el espacio del Dry Martini, desde la barra hasta los rincones más íntimos del establecimiento, generando una fusión entre lo artístico y lo cotidiano. La expo escapa deliberadamente de los formatos tradicionales: no hay vitrinas, cartelas explicativas ni recorridos preestablecidos.
Un cartel con historia
Entre los elementos más destacados se encuentra el cartel original de la exposición, que retrata al propio De las Muelas en una escena de bar ilustrada por Mariscal. Como anécdota, el creador suprimió voluntariamente un teléfono móvil de la imagen a petición de su amigo, como gesto simbólico para recuperar la atención plena y la conversación auténtica que se encuentra en los bares.

La mariscalización del Dry Martini se extenderá a los utensilios que se emplean en la liturgia de la coctelería: desde las chaquetillas de los camareros hasta las ilustraciones en platos y distintas intervenciones en rincones del local, prolongando la experiencia artística más allá de sus paredes. Todo con una copa en la mano.