
Si pensabas que ya lo habías visto todo en cuanto a familias poderosas al borde del colapso, espera a conocer a los Seligman. El apellido – ue de primeras impone–, es el eje central de Legado, la nueva serie española de Netflix que promete convertirse en uno de los estrenos más comentados del mes. Se trata de un drama contemporáneo con tintes clásicos –padre dominante, hijos ambiciosos, herencia en disputa– ambientado en el universo de los grandes grupos de comunicación.
La serie se estrena este 16 de mayo y está creada por Carlos Montero, Pablo Alén y Breixo Corral, bajo la producción de El Desorden Crea (responsables de Élite y Todas las veces que nos enamoramos). La dirección corre a cargo de Eduardo Chapero-Jackson y Carlota Pereda, y cuenta con un reparto que llama la atención desde el primer fotograma: José Coronado, Belén Cuesta, Diego Martín, Natalia Huarte y María Morera, entre otros.
Un patriarca, una enfermedad y un trono empresarial por reconquistar
La historia gira en torno a Federico Seligman, interpretado por José Coronado, un todopoderoso empresario del sector de los medios de comunicación en España. Tras dos años alejado de los focos a causa de una enfermedad, Federico regresa a su empresa con la intención de recuperar el control de un imperio que considera suyo por derecho y por historia.
Pero nada es como lo dejó. Sus hijos –Yolanda (Belén Cuesta), Andrés (Diego Martín), Guadalupe (Natalia Huarte) y Lara (María Morera)– ya han tomado las riendas y han impuesto una nueva visión corporativa que, lejos de entusiasmarle, le provoca un rechazo visceral. Lo que sigue es una guerra fría de pasillos, decisiones estratégicas y reuniones de familia donde nada se dice directamente, pero todo se intuye. No hay villanos caricaturescos ni buenos absolutos. Legado se mueve en esa zona gris donde el amor familiar convive con el rencor acumulado, y donde el poder no solo se hereda, también se disputa.
Un reparto a la altura
La elección de José Coronado para encarnar al patriarca no podía ser más acertada. Federico es un hombre elegante, calculador, emocionalmente hermético y con un sentido del legado (nunca mejor dicho) tan obsesivo como disfuncional. No impone con gritos, sino con silencios y gestos medidos. Es el típico padre que no necesita levantar la voz para que el resto tiemble.
Belén Cuesta demuestra una vez más que lo suyo va mucho más allá de la comedia. Su papel como Yolanda, la hija mayor, es pura contención emocional. Diego Martín, habitual en papeles más ligeros, sorprende con un registro mucho más oscuro en el personaje de Andrés. Y Natalia Huarte y María Morera completan el elenco aportando tensión, vulnerabilidad y fuerza en sus respectivos papeles.
Más allá del drama familiar, Legado lanza también una reflexión pertinente sobre cómo los grandes medios influyen en la sociedad, cómo los clanes familiares perpetúan ciertas estructuras de poder y cómo la figura del patriarca sigue operando – aunque enfermo o ausente – como fuerza invisible que lo condiciona todo. La serie plantea con sutileza la pregunta: ¿es posible construir algo nuevo si todo lo que heredas ya viene viciado? ¿Hasta qué punto los hijos pueden romper con el modelo del padre sin convertirse en una versión de él?
Sin duda, una serie que promete arrasar y de la que no vamos a poder levantarnos del sofá. Tiene todos los ingredientes: personajes que no se entienden y conflictos que podrían estar más cerca de tu casa de lo que crees. La verdad y la tensión están aseguradas. Y también una pregunta que te acompañará cuando la veas: ¿hasta dónde serías capaz de llegar por proteger lo que crees que te pertenece?
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