Evasión

España es protagonista este año en la Feria del Libro de México, a pesar de la crisis tras el desplante al rey Felipe

La Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), considerada la más importante en lengua castellana, celebra su 38ª edición este 2024, consolidándose como un espacio de intercambio cultural y literario sin parangón. Este año, España es el país invitado de honor, un reconocimiento que coincide con un contexto diplomático tenso entre ambos países tras el desplante de México al rey Felipe VI en la toma de posesión de la presidenta Claudia Sheinbaum el pasado octubre. A pesar de este desencuentro, la FIL reafirma el poder de la cultura como puente de diálogo y entendimiento.

La FIL: un epicentro literario y cultural

Desde su creación, la FIL de Guadalajara se ha erigido como un faro para escritores, editoriales, académicos y lectores de todo el mundo. No es solo un evento literario, sino también un espacio de reflexión sobre temas sociales, históricos y culturales que trascienden fronteras. Con más de 800 actividades y la participación de 700 escritores, la feria atrae a miles de asistentes que buscan nuevas perspectivas a través de los libros.

Este año, España ha asumido el protagonismo con una propuesta que destaca la riqueza y diversidad de su literatura y cultura. El pabellón español ofrece una selección de obras que abarcan desde los clásicos hasta la narrativa contemporánea, incluyendo poesía, ensayo, novela gráfica y literatura infantil. Además, actividades como mesas redondas, recitales poéticos y espectáculos escénicos subrayan la variedad de expresiones culturales que España aporta al mundo hispanohablante.

Cultura como vehículo de reconciliación

El contexto político que rodea esta edición de la FIL es delicado. La ausencia del Rey Felipe VI en la toma de posesión de Claudia Sheinbaum fue interpretada como un gesto de frialdad por parte del gobierno mexicano hacia España, lo que tensó las relaciones diplomáticas entre ambos países. Sin embargo, la FIL ha demostrado que la cultura tiene el poder de mitigar tensiones y fomentar el entendimiento.

Uno de los ejes temáticos de la participación española este año es el exilio, un fenómeno que marcó profundamente la historia de ambas naciones. Durante la Guerra Civil Española y la dictadura franquista, México abrió sus puertas a miles de refugiados españoles que encontraron en el país un nuevo hogar. Esta experiencia compartida ha dejado una huella indeleble en las relaciones culturales y literarias entre ambos países.

La FIL ha sido el escenario para homenajes a figuras clave de este exilio, como el poeta Luis Cernuda, quien vivió sus últimos años en México, y otros autores que contribuyeron a enriquecer el panorama cultural mexicano. Asimismo, la participación de escritores contemporáneos como Gioconda Belli, exiliada en Madrid, simboliza cómo el exilio sigue siendo un tema vigente y un puente de diálogo entre culturas.

Un escaparate para la diversidad española

La delegación española en la FIL ha buscado representar la pluralidad lingüística y cultural de su territorio. Escritores de las distintas lenguas cooficiales —castellano, catalán, gallego y euskera— participan activamente en esta edición, destacando la riqueza cultural de un país marcado por su diversidad. Entre los autores destacados se encuentran Rosa Montero, Antonio Muñoz Molina y Bernardo Atxaga, quienes abordan temas universales desde perspectivas locales.

El programa también incluye actividades dirigidas a fomentar la lectura entre jóvenes, como encuentros con autores, talleres y presentaciones interactivas. Esta iniciativa refleja el compromiso de España con la promoción de la literatura como herramienta educativa y de transformación social.

El legado del exilio: un nexo fraternal

A 85 años del inicio del exilio republicano, la participación de España en la FIL también rinde homenaje al impacto cultural que este fenómeno tuvo en la historia compartida de ambos países. Los exiliados no solo encontraron refugio en México, sino que también contribuyeron significativamente al desarrollo cultural e intelectual del país. La FIL ha sido un espacio para reconocer este legado, con exposiciones y eventos que exploran las contribuciones de figuras como el filósofo José Gaos y el poeta León Felipe.

Además, esta edición subraya cómo la memoria histórica puede servir como una herramienta para construir puentes en tiempos de desacuerdos políticos. La literatura, como vehículo de expresión, permite explorar las complejidades de la historia compartida y promover un diálogo más profundo entre las naciones.

Cultura más allá de la política

La FIL de Guadalajara ha demostrado una vez más que la cultura trasciende las tensiones políticas y se erige como un espacio de encuentro. La participación de España, a pesar del clima diplomático complicado, pone de manifiesto el compromiso de ambos países con el fortalecimiento de sus lazos culturales.

Con su enfoque en el exilio, la diversidad y el intercambio cultural, esta edición de la FIL no solo celebra la literatura, sino que también actúa como un recordatorio del poder de las palabras para tender puentes y fomentar la comprensión en un mundo cada vez más polarizado. La presencia de España en esta feria es un testimonio del papel de la cultura como un vehículo de ida y vuelta, incluso en los momentos más complicados.

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