A punto de despedir noviembre, nos acercamos a las compras de Navidad. Comenzamos por la bodega. Nuestra selección apunta al Rioja Gran Faustino I 2004 y al Ribera Portia Triennia.
Bodegas Faustino en una de las 50 marcas más admiradas del mundo según la revista Drinks International. Un vino DO Rioja, perfecto para acompañar la mesas navideñas, que está elaborado con las variedades Tempranillo, Graciano, Mazuelo. La añada 2004 en Rioja destaca por su extraordinaria calidad y su impresionante potencial de envejecimiento.
Las uvas proceden de parcelas seleccionadas en las zonas de Oyón (altitud de 500 m) y Laguardia (altitud de más de 650 m), viñedos en orientación sur. La parcela de Oyón presenta un suelo calcáreo con base de margade, mientras Laguardia se caracteriza por un suelo arcilloso con bajo contenido en materia orgánica. La vendimia manual comenzó en septiembre, con una cuidadosa selección en el viñedo en cajas de 15 kg. Este vino solo se produce en los años en los que la calidad de la uva es excepcional. El vino permanece un mínimo de 38 meses en barricas americanas (80%) y francesas (20%) de 225 L de la mejor calidad.
De color rojo cereza intenso, las notas de cata en nariz son de regaliz, frutas del bosque y matices de clavo, café tostado, hoja de puro, chocolate, caramelo y sutiles toques balsámicos derivados de la crianza en barrica. En boca, los taninos aterciopelados contribuyen a la elegancia del vino, dejando un seductor regusto a frutas negras confitadas. Con el tiempo en la copa, evolucionará, ampliando sus aromas.
El Portia Triennia con D.O. Ribera del Duero es un Tempranillo 100%. Presenta doble crianza en barrica. Fermentación en depósito pequeño, lo que permite un control preciso de la temperatura y una extracción óptima de los aromas de los hollejos. Tras las fermentaciones malolácticas espontáneas en barricas nuevas de roble francés (225 L), el vino envejece en la misma barrica durante 13 meses. Después, se traslada a barricas nuevas de roble francés durante 20-30 días, donde comienza el segundo proceso de envejecimiento en barrica. Este proceso aumenta la complejidad y profundidad del vino.
En cata, es de color rubí intenso. Aromas muy elegantes de frutos negros maduros, plantas aromáticas con notas balsámicas y de cacao. Vino muy estructurado y de cuerpo medio. En boca, notas de frutas negras y rojas maduras complementadas con capas de cedro, higos secos y roble tostado. Final largo y complejo con notas especiadas y balsámicas.