
Probablemente muy pocas personas saben quién es Katrina Bayonas. Su foto aparece en contadísimas ocasiones en los medios, así que su aspecto tiene mucho de misterio, al menos para el gran público. Algo muy parecido les ocurre a Rosa Lagarrigue y a Antonio Sanz, por poner sólo unos cuantos ejemplos.
Sin embargo, estos tres nombres están detrás de algunos de los personajes más conocidos del país, de esos que no necesitan ningún tipo de presentación y cuya imagen es de sobra conocida, no sólo en España, sino en muchas otras partes del mundo. Estas tres personas son sus representantes.
Bayonas es la agente, la representante y, en cierto modo, el ángel de la guarda profesional de Penélope Cruz y de otros muchos actores y actrices. Por su parte, Rosa Lagarrigue tiene bajo su tutela a dos de los cantantes superventas del país, Miguel Bosé y Alejandro Sanz. Y Antonio Sanz va de la mano, desde hace ocho años, de uno de los héroes de la pasada Eurocopa: Fernando Torres.
A pesar del glamour y la buena vida que rodea a muchas de estas estrellas, el trabajo de representante tiene, a veces, algo de ingrato. Las pocas ocasiones en que uno de ellos se convierte en protagonista de una noticia no suele ser precisamente con motivo de grandes alegrías. Cuando su nombre aparece en negrita se suele hablar de estafas al representado y, en el caso del deporte, cuando de él o de ella depende el sí al equipo que quiere ficharle. Pero esta profesión es mucho más, aunque quede casi siempre en un discreto segundo plano.
Rosa Lagarrigue, por ejemplo, asegura que jamás se ha parado a reflexionar acerca de si estar en la sombra es o no importante. "La verdad es que nunca me lo he planteado, porque me parece obvio. Nosotros trabajamos para el artista", confiesa rotunda. Katrina Bayonas, por su parte, también lo tiene claro: "No viene a cuento tener protagonismo. Yo no soy la que hace películas, la que se sube al escenario, sino ellos".
El malo de la película
Pero Antonio Sanz, quizá por la mala fama que tienen los intermediarios en el mundo del deporte y sobre todo del fútbol, considera que ese papel de malo de la película es muy injusto. "Ni mucho menos es un trincón, como se quiere vender a veces. Lo que pasa es que no está tan bien visto como el del músico, el escritor o el actor". Opina que aunque entre sus tareas está la de gestionar las inversiones de los futbolistas que tiene a su cargo, lo más importante es la familia del jugador. "Porque son, al final, los que viven con él y de los que depende en muchas ocasiones el que esté centrado", dice.
Bayonas, Lagarrigue y Sanz no trabajan solos. Los tres acogen a sus representados bajo el paraguas de tres compañías: Kuranda, RLM y Bahía Internacional. Empresas que empezaron prácticamente de la nada y que hoy se han sabido ganar el respeto del cine, la música y el deporte.
Katrina Bayonas recuerda entre risas cómo ha crecido su compañía desde que se sentó en un sofá sola, con un teléfono en la mano y sirviéndose de la otra para intentar calmar a sus hijos, allá por el año 1971. "Y ahora somos 14 personas y llevamos la carrera de casi un centenar de actores y actrices", dice, entre los que se encuentran Elena Anaya, Monica Bellucci, Lola Dueñas y Héctor Alterio.
El imperio RLM representa a 21 artistas en exclusiva para todo el mundo, desde los anteriormente citados Miguel Bosé y Alejandro Sanz a los también cantantes Ana Torroja, Malú y Raphael o el oscarizado compositor Alberto Iglesias.
También ha sido casi desde la nada como Rosa Lagarrigue ha creado una empresa que incluye contratación nacional e internacional -esta última incorpora a artistas que no pertenecen a RLM- así como producción de giras, entre otras divisiones. RLM es actualmente un primer espada del negocio de la música, aunque Lagarrigue no puede evitar tener una visión algo pesimista del mercado, que no se reduce al auge de la piratería. "El gran problema que se vive hoy en día es el desarrollo de artistas nuevos. La industria del disco cuenta con pocos recursos y, en general, los medios de comunicación -sobre todo la radio y la televisión- apoyan raramente a los nuevos nombres", lamenta.
El mundo del fútbol
Bahía Internacional, la empresa que dirige Antonio Sanz, tiene en su cartera a 80 futbolistas de casi todo tipo y condición. "Los hay de 16 años y los hay retirados", cuenta.
Quizá pueda pensarse que el sueldo que recibe un representante se regula de manera informal y que al hablar de sus porcentajes se llegue a regatear. Es posible que sea así, pero únicamente en la ficción. La realidad nos dice que el porcentaje está bastante regulado. En el deporte, tal y como indica Antonio Sanz, esa cuota la dicta la FIFA, y siempre es del 10%. Katrina Bayonas no tiene tampoco ningún problema para contar que ella maneja dos cifras: el 15% en el caso del cine, y el 10 si hablamos de teatro. "Es que se paga fatal", argumenta. Rosa Lagarrigue explica que en su caso esos números oscilan entre el 15 y el 30%.
¿Pero qué requisitos hacen falta para ser representante? ¿Se puede ser amigo del representado? ¿Es bueno o necesario para que el negocio funcione? De "sentido común, los pies en la tierra, intuición, olfato, honestidad y capacidad de trabajo y negociación" habla Rosa Lagarrigue. También de dotes de negociación habla Katrina Bayonas, para la que la pasión y el respeto por el trabajo del actor son imprescindibles.
Antonio Sanz señala la importancia de la empatía que se establezca con el futbolista. Él apuesta sin problemas por la amistad, no tanto con sus representados, como por Fernando Torres: "Soy amigo suyo...¡es que ya llevamos ocho años juntos!". Katrina Bayonas matiza que "cierto grado de intimidad sí es necesaria, pero ser amigos muy cercanos no es buena idea en ningún negocio. En todo caso, amigos con distancia". Rosa Lagarrigue sí cree en la amistad, pero depende de qué clase de amigo. "Priorizo la calidad de la amistad frente a la cantidad. No somos ni acompañantes ni niñeras, porque los artistas no necesitan eso".
Trío ganador
¿Qué virtudes deben reunir sus pupilos para lograr el ansiado éxito? Porque sólo el talento no es suficiente. Magia, carisma y mucha suerte son los elementos que conforman el trío ganador que ha elegido la representante de Alejandro Sanz.
Antonio Sanz considera que además de las cualidades deportivas es muy importante el entorno que arropa al representado. E insiste en la formación. "Somos muy pesados con los estudios, pero es que la carrera dura lo que dura. Y pueden lesionarse", añade.
Katrina Bayonas, por su parte, tiene las ideas muy claras y así se lo ha sabido transmitir a sus representados (para combrobarlo pueden analizar) algunas de las respuestas que siempre repite Penélope Cruz en sus entrevistas): "La fórmula no es mágica: que sigan aprendiendo siempre y que sean humildes. Siempre. El mejor actor de estos momentos (y no lo llevo yo, que conste), Javier Bardem, no deja de estudiar jamás".