
Frente a una boutique de la casa francesa de Hermès uno no puede menos que sentirse un poco Napoleón frente a las pirámides, sólo que en este caso son solo más de 170 años los que nos contemplan.
Fue en 1837 cuando Thiery Hermès abrió su tienda de guarnicionería en el quarter de los Grands Boulevards de París. Nada podía presagiar el prestigio internacional que pronto alcanzaría.
Esta familia protestante alemana se confirió en la proveedora oficial de la nobleza europea, ganándose a pulso la fama de ser los creadores de los arneses y bridas más hermosas de la historia, tanto es así, que corre el mito de que alguna que otra coronación fue pospuesta incluso duranteaños a la espera de que Hermès terminara de crear la guarnicionería que decorara la pompa del evento.
Grandes hombres y mujeres
Todos los grandes hombres y mujeres de nuestro tiempo han pasado por sus salones, de los Duques de Windsor a Madonna, pasando por Ingrid Bergman, John F. y Jackie Kennedy, Humphrey Bogart y Lauren Bacall, Romy Schneider, Catherine Deneuve, o Grace Kelly, que dio incluso nombre a uno de sus bolsos en1956.
Grace Kelly usó este modelo, un bolso grande de piel de cocodrilo llamado originalmente Sac à dépêches, para ocultar su embarazo, y su popularidad se impuso al nombre original de la pieza.
Distinto es el caso del modelo Birkin, llamado así porque fue hecho ex profeso para la actriz y cantante Jane Birkin, y que es hoy por hoy uno de los bolsos con la lista de espera más larga, una media de seis años para conseguir uno.
'El Diablo viste de Prada'
En 1937 se introdujeron los famosos pañuelos (le carré) de Hermès, que lucen desde la Reina de Inglaterra a personajes de ficción como Miranda Priestly, déspota protagonista de la novela 'El Diablo viste de Prada', que siempre estaba provista de un modelo completamente blanco que usaba de múltiples formas.
Curiosamente, este icono de la feminidad fue creado como accesorio masculino y pronto se convirtió en un símbolo de la exclusividad. Sólo pesa 65 gramos a pesar de estar tejido con unos 40.000 metros de hilo, tiene una paleta de unos 65.000 colores que se manejan mediante un sistema de bastidores, y 80 costureras repasan sus bordes a punto roulottage. Y finalmente en 1946 aparecen las primeras corbatas de seda de la casa. Como curiosidad, reseñar que Hermès poseía en los años 20 la patente de las cremalleras en Francia y que creó el primer bolso femenino con cierre de cremallera.
A la cabeza de la firmas de lujo
Hermès tiene una historia digna de celebración sin más excusa que la de ser como es y seguir a la cabeza de las firmas que definen el concepto de lujo a cada paso que da, pero da la casualidad que su línea de moda masculina celebra el vigésimo aniversario de la llegada de la creadora Véronique Nichanian a su dirección creativa, en sustitución de Bernard Sanz. Con ella una nueva era de contemporaneidad comenzó para el hombre de la firma, posicionándolo como un referente de estilo en este principio del siglo XXI.
Nichanian, junto al responsable de la mujer Hermés, Jean Paul Gaultier, tienen la responsabilidad añadida de salvaguardar la tradición de esta casa centenaria y ayudarla a evolucionar, conectar con la sensibilidad de las nuevas generaciones, y seguir escribiendo renglones de un libro de estilo que pasará a sus sucesores como la herencia viva de la casa parisina.