
Barcelona, 1 abr (EFE).- La interminable crisis española se está dejando notar un año más en el menor tamaño de las tradicionales monas -de chocolate y de receta clásica- que los padrinos regalan a sus ahijados en Cataluña cada lunes de Pascua, aunque los pasteleros confían aún en poder mantener las ventas en unas 660.000 unidades.
Esa cifra es similar a la alcanzada en años anteriores, según las previsiones del Gremio de pasteleros de Barcelona -provincia donde se venderán unas 450.000- pero que serán de menor tamaño y precio que en los "años de vacas gordas".
Este año, los personajes y motivos que más se están viendo en los adornos de las monas de chocolate que se exhiben en los escaparates de las pastelerías son la mítica abeja Maya y su atolondrado compañero Willy -cuya nueva serie televisiva es un éxito arrollador- así como los populares Angry Birds, el cinematográfico Tadeo Jones, y otros "habituales" como Monster High, Bob Esponja o Hello Kitty.
El presidente del Gremio de Pasteleros de Barcelona, Joan Turull, confiaba en que el goteo de encargos que se habían ido produciendo con "mucha prudencia" en las jornadas previas al Lunes de Pascua se anime en las últimas horas y confirme las cifras previstas para este año por los pasteleros.
No obstante, estos profesionales saben que aunque se igualen las ventas, los beneficios caerán porque los precios y el tamaño de las piezas se ha ido reduciendo progresivamente.
El estancamiento de los precios desde hace tres o cuatro años, combinado con que la gente cada vez compra monas más pequeñas, hace que los pasteleros tengan el mismo trabajo para vender menos: "Cuesta el mismo trabajo hacer una mona de medio kilo que una de kilo", afirmaba Turull.
El precio de las monas de Pascua varía en función de los huevos de chocolate o las figuras que llevan, así como del tiempo empleado en su elaboración.
La previsión apunta que el gasto medio por familia en monas oscilará entre los 25 y 75 euros, y aunque la tradición es que sean los padrinos quienes las regalen a sus ahijados, también hay padres que las compran para sus hijos.
Otro aspecto que preocupa al gremio son los establecimientos no especializados "como zapaterías" que aprovechan estos días para vender monas a un precio menor del que ofrecen las pastelerías.
"Serán peores y no están hechas el mismo día, pero las venden más baratas", se queja Turull, que advierte de la mejor calidad como la principal ventaja comparativa de los establecimientos especializados.
La dinámica de ventas de buñuelos, torrijas y otros dulces típicos de Pascua ha sido similar a la de las monas, aunque ligeramente peor por ser productos más vinculados a la religión y disponibles durante todo el año, por lo que algunas pastelerías "incluso han dejado de hacerlos".
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