
El viernes pasado, y para sorpresa de muchos, incluidos los propios griegos, Tsipras anunciaba que sometería a referéndum la última propuesta formulada por la UE, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para que Grecia pudiera resolver sus problemas de liquidez y afrontar los pagos de deuda pendientes.
El anuncio, además de provocar la ruptura de las conversaciones con las instituciones para cerrar un acuerdo, hizo que el BCE congelara su programa de liquidez para los bancos griegos, empujando al Gobierno a ordenar el cierre de todos los bancos del país con el fin de evitar la fuga de capitales.
Así las cosas, los griegos amanecieron el lunes con la noticia de que solo podrán sacar hasta el próximo lunes 60 euros diarios de los cajeros automáticos, medida que sin embargo no será aplicable a los turistas, sector clave de la maltrecha economía helena.
PROPUESTA DE TERCER RESCATE
Tsipras respondió por carta proponiendo la negociación de un tercer rescate por 29.100 millones de euros en dos años para hacer frente "exclusivamente" a los vencimientos de deuda externa e interna, que debería venir de sus socios europeos, dejando fuera al FMI, algo que el eurogrupo descarta.
Además, planteaba una "breve prórroga" del actual rescate --que finalmente expiraría en la medianoche del 1 de julio-- para evitar un "impago técnico" y solicitaba una reestructuración de la deuda acumulada
Sin embargo, la propuesta griega fue rechazada por los miembros del eurogrupo, por lo que Atenas cumplió con su promesa y no pagó los 1.500 millones de euros que tenía que pagar al FMI antes de la medianoche del 30 de junio. Grecia se convirtió así en el primer país desarrollado en no cumplir con sus compromisos con el organismo internacional, si bien aún no ha sido declarado en suspensión de pagos.
El FMI coincide con el Gobierno griego en que su deuda es "insostenible" y en un informe publicado esta semana, y elaborado antes del 'corralito', reclama a sus socios europeos que concedan un nuevo rescate al país heleno hasta 2018 de alrededor de 36.000 millones de euros e, incluso, no descarta que sea necesaria una quita.
Desde el martes, no ha habido nuevas propuestas, aunque han sido muchos los líderes europeos que han asegurado que la "puerta está abierta al diálogo", incluida la canciller alemana, Angela Merkel, y el Gobierno griego ha insistido en que sigue en la mesa de negociaciones.
Sin embargo, lo cierto es que entre los líderes europeos, incluidos Juncker y la propia Merkel, la postura de Tsipras, que se ha mantenido firme en la convocatoria del referéndum pese a las críticas, ha generado una cierta exasperación, hasta el punto que la canciller dejó muy claro que no se puede negociar hasta que no se celebre la consulta y haya un resultado.
EURO VS TSIPRAS
Así las cosas, aunque lo que votan este domingo los griegos es la última propuesta de la antigua 'troika', lo cierto es que la consulta ha pasado más a ser un referéndum entre Europa sí o no, o entre Gobierno sí o no.
Desde el Gobierno, Tsipras, y con él su popular ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, han dejado claro que el 'no' no supone una salida inmediata de Grecia del euro y la UE, sino que deja al país en una mejor situación de fuerza para negociar un acuerdo más ventajoso con las instituciones. Además, ambos, en el caso del ministro de forma mucho más explícita, han ligado su futuro al resultado de la consulta.
Mientras, desde la oposición, los principales partidos --el centrista To Potami, el consevador Nueva Democracia y los socialistas de PASOK--, piden el 'sí', al igual que los principales líderes europeos, puesto que consideran que la victoria del 'no' sería un rechazo a Europa y conllevaría la salida del país de la moneda única.
Los sondeos daban a comienzos de semana una ventaja considerable al 'no' pero con el paso de la semana el 'sí' ha ido cobrando fuerza hasta el punto que este viernes los últimos sondeos le han dado una ligera ventaja, aunque ofrecen una imagen de país claramente dividido.
Los sondeos daban a comienzos de semana una ventaja considerable al 'no' pero con el paso de la semana el 'sí' ha ido cobrando fuerza hasta el punto que este viernes los últimos sondeos le han dado una ligera ventaja, aunque ofrecen una imagen de país claramente dividido.
Los griegos, además, siguen sin tener muy claro qué es lo que votan exactamente. En la papeleta se encontrarán con la siguiente pregunta: "¿Debe ser aceptado el borrador de acuerdo que presentaron la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional en el Eurogrupo del 25 de junio 2015 y que consta de dos partes, que conforman su propuesta unitaria? El primer documento se titula 'Reformas para la finalización del vigente programa y más allá' y el segundo 'Análisis preliminar de la sostenibilidad de la deuda'".
En primer lugar en las papeletas, algo que también ha sido criticado, aparece la casilla del 'no', dejando claro que esta opción significa que "no se aprueba", mientras que debajo aparece la casilla del 'sí', precisando que con ello "se aprueba" la citada propuesta, que las instituciones ya han dejado claro que ha quedado obsoleta.