El gobierno de Estados Unidos sospecha que un 'topo' infiltrado en el FBI podría haber transferido información secreta a miembros del IRA para ayudarles en su plan para asesinar, en las décadas de los 80 y los 90, a la que fuera primera ministra del Reino Unido, Margaret Thatcher.
Según unos archivos a los que ha tenido acceso el diario The Guardian, se detallan una serie de investigaciones sobre supuestos complots para asesinar a Thatcher durante sus visitas a Estados Unidos.
Según el FBI, fue "una secretaria" de la oficina de Nueva York quien habría facilitado "acceso a ordenadores, contraseñas e identidades" al IRA.
Los temores de que esta oficina pudiera estar en peligro llevaron al director del FBI, William Sessions, a ordenar que todo el material que tuviera apariencia de conspiración contra Thatcher se restringiera para todos excepto para dos altos funcionarios.
Estas precauciones prosiguieron hasta que en febrero de 1981 se llevó a cabo la primera investigación. Dos hombres con "acento irlandés o inglés" fueron escuchados por el FBI en un restaurante. El FBI identificó a los sospechosos y, tras no registrarse ningún incidente, el caso fue cerrado y archivado.
Varias amenazas más surgieron contra Thatcher en los años siguientes. En 1987, un hombre suicida amenazó con matar a Thatcher pero "se perdió" de camino a su objetivo. En 1989, otro hombre con acento inglés llamó al FBI para advertir de que Thatcher y Bush padre eran el blanco de un complot de asesinato.
En 1992, un agente del FBI infiltrado en el IRA consiguió alertar de un intento de atentado contra Thatcher. En esta operación se identificaron dos sospechosos que previamente estuvieron implicados en atentados en Reino Unido.
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