
El presidente ucraniano, Petró Poroshenko, y su homólogo ruso, Vladimir Putin, constataron hoy en una conversación telefónica el cumplimiento del alto el fuego bilateral decretado en el este de Ucrania y trataron los pasos para garantizar la estabilidad de la tregua alcanzada el pasado viernes.
Una tensa calma prevalecía el sábado en el este de Ucrania después de que las fuerzas de Ucrania y los separatistas prorrusos acordaran un cese el fuego que forma parte de un intento por poner fin a una guerra que ha provocado una profunda crisis en las relaciones entre Rusia y Occidente.
El presidente ruso Vladimir Putin y el ucraniano Petro Poroshenko estuvieron de acuerdo este sábado, en una conversación telefónica, que el cese del fuego en el este de Ucrania se mantenía, pero que había que dar más pasos para que perdurara.
"(Los dos líderes) pusieron además énfasis en la necesidad de la máxima participación de la Organización para Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) para supervisar la situación (...) y en la cooperación para entregar ayuda humanitaria ucraniana e internacional", dijo al oficina de Poroshenko en un comunicado.
Listos para intercambiar prisioneros
La hoja de ruta, aprobada por enviados a Minsk el viernes, incluyen el intercambio de prisioneros de guerra. Un líder separatista dijo que el proceso se iniciaría en el transcurso de día, aunque los ucranianos dijeron que todavía se estaban perfilando los detalles.
Las dos partes siguen bastante alejadas sobre el futuro estatus de las áreas que están en manos de los rebeldes en el este de Ucrania y tanto residentes como combatientes dijeron que no esperaba que el alto el fuego fuera duradero, aunque el sábado no habían trascendido informaciones sobre presuntos incumplimientos del cese de las hostilidades.
"Las fuerzas de la operación antiterrorista apoyan este alto el fuego y están vigilando muy de cerca las órdenes del comandante en jefe", dijo el portavoz del Consejo Nacional de Seguridad y de Defensa de Ucrania, Andriy Lysenko, en Kiev.
Desconfianza en Donetsk
En la ciudad de Donetsk, controlada por los rebeldes, y considerada el centro industrial de la región que contaba con una población en torno a un millón de personas antes del estallido del conflicto armado, comandantes separatistas dijeron que no creían que la guerra, que ya dura cinco meses, hubiera acabado.
"El alto el fuego parece respetarse por ahora pero nosotros sabemos que ellos (la parte ucraniana) sólo lo están aprovechando para traer más soldados y munición y luego atacarnos con una fuerza renovada", dijo un comandante rebelde, conocido como Montana.
"Suceda lo que suceda, no me fiaría de Poroshenko. Y no es él quien toma las decisiones sino los americanos y eso es aún peor", agregó.
Poroshenko accedió al alto fuego después de que Ucrania acusara a Rusia de enviar tropas y armas a su territorio en apoyo de los separatistas, que han sufrido grandes pérdidas durante el verano. Moscú ha negado estar detrás del envío de tropas o de estar armando a los rebeldes.
"Estoy seguro de que Ucrania como Estado y yo como líder de ese Estado estamos haciendo todo lo posible para alcanzar la paz en nuestro país", dijo Poroshenko en una entrevista al programa "Hard Talk" de la BBC difundido en la noche del viernes.
Poroshenko habló tras asistir a una cumbre de la OTAN de dos días celebrada en Gales durante la que el presidente estadounidense, Barack Obama, y otros líderes pidieron a Rusia que retirara sus fuerzas de Ucrania.
La OTAN también aprobó una amplia batería de medidas para reforzar su defensa en el Este de Europa como respuesta a la crisis en Ucrania.
Obama se mostró escéptico con respecto a que los separatistas en el este de Ucrania respetaran el alto el fuego.