
El presidente francés, François Hollande, estudiará el lunes una posible remodelación de gobierno después de la dura derrota sufrida por el Partido Socialista en las elecciones locales del domingo, en las que el ultraderechista Frente Nacional consiguió un número récord de alcaldías.
Los resultados provisionales de los comicios mostraban que el partido de Marine Le Pen, que se opone a la Unión Europea, es favorable al proteccionismo y contrario a la inmigración, se encamina a asegurar el poder en 11 alcaldías de Francia, superando con facilidad su récord anterior de la década de 1990, cuando gobernó en cuatro ciudades.
Al menos otras 140 ciudades han cambiado de manos, de la izquierda al principal partido conservador, en un castigo de los votantes a Hollande por su fracaso a la hora de darle la vuelta a la segunda mayor economía de la eurozona, y sobre todo, hacer bajar una tasa de paro que se mantiene firme en el 10%.
Las encuestas muestran que es el presidente menos popular en los 56 años de la Quinta República, por lo que podría reemplazar al primer ministro Jean-Marc Ayrault, cuyo gobierno ha sido acusado de ser aficionado y de verse paralizado por divisiones políticas.
"Esta noche es un momento de la verdad. No hay modo de esconderlo: este voto es una derrota para el Gobierno (...) y sumo mi parte de culpa", dijo Ayrault el domingo por la noche en la televisión nacional. "El presidente extraerá las conclusiones de este voto y lo hará en el mejor interés de Francia", agregó, sin aclarar cuál será su futuro.
Un sondeo a boca de urna del grupo BVA mostró que los aliados de Hollande ganaron sólo un 42% del voto popular, frente a un 49% que optó por la derecha francesa. "Claramente, estamos entrando en una nueva fase, el duopolio de la política francesa se ha roto y debemos enfrentar a una tercera fuerza", afirmó Le Pen, en referencia al hecho de que los socialistas y los conservadores moderados han dominado durante mucho tiempo la política francesa.
Diez alcaldías del FN
Los resultados finales mostraron que el Frente Nacional (FN) ganó las alcaldías de las ciudades de Béziers, Le Pontet, Fréjus, Beaucaire, Le Luc, Camaret-sur-Aigues y Cogolin en el sur, y Villers-Cotterêt y Hayange en el norte. El FN ya había logrado un avance significativo durante la primera ronda de la semana pasada, cuando ganó la ciudad norteña de Hénin-Beaumont.
En un consuelo para Hollande, los socialistas mantendrán el control de la alcaldía de París y su candidata Anne Hidalgo se convertirá en la primera alcaldesa de la ciudad. Sin embargo, parecía que los socialistas tendrían que entregar el poder en ciudades como Toulouse, Angers y Quimper, según sondeos a boca de urna.
"Este es el precio de las valientes reformas que hemos realizado", dijo el ministro de Finanzas, Pierre Moscovici, respecto a reformas de pensiones y alzas de impuestos aplicadas por Hollande en un intento por reducir el déficit público de Francia.
"No podemos, y no permaneceremos sordos al mensaje que los franceses nos han enviado", agregó Moscovici en comentarios a la televisión nacional. Los comicios del domingo tuvieron lugar tras una semana en que se publicó una cifra récord de desempleo en el país.
Histórica abstención
Un 38,5% de los electores, un máximo histórico, se abstuvo de votar, algo que, según las encuestadoras, jugó en favor del FN.
Aproximadamente un 80% de los franceses quieren que Hollande destituya al primer ministro Jean-Marc Ayrault, según un sondeo de Harris Interactive realizado la semana pasada, y el ambicioso ministro del Interior, Manuel Valls, surge como uno de los favoritos para sucederlo en el cargo.
El veterano ministro de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius, también es visto como un contendor.
Una fuente gubernamental dijo que París está preparando exenciones de impuestos para los hogares, lo que plantearía nuevas preguntas sobre si Francia puede cumplir con la promesa de reducir el déficit público por debajo del objetivo del 3 por ciento del PIB establecido por la Unión Europea.