
Matteo Renzi ha dado el primer paso en su cruzada por reducir los costes de la administración italiana, con el sí del Senado a su plan de eliminación de las 73 provincias de Italia, un respaldo que debe ser confirmado por el Congreso.
Según ABC, esta medida tiene un fuerte valor simbólico, aunque su repercusión en la economía no es tremendamente fuerte. En total, se estima que la eliminación de las provincias haga ahorrar al Estado unos 800 millones de euros y que se eliminen 3.000 cargos políticos. Según el primer ministro italiano, "3.000 personas experimentarán ahora la emoción de ir a trabajar".
La eliminación de las provincias era un tema aparcado por los sucesivos Gobiernos que han pasado por Italia y tiene como consecuencia que sus competencias sean transferidas a las regiones y los municipios. Además, también se han creado diez ciudades independientes, con un territorio muy parecido al de la provincia homónima. Estas ciudades son Turín, Milán, Venecia, Génova, Bolonia, Florencia, Nápoles, Bari, Reggio Calabria y Roma.
Renzi sigue así con su reforma acelerada del país, algo que ya prometió desde su llegada a la jefatura del Gobierno, hace poco más de un mes. Esto, unido a los reproches que ha asestado a diversos cargos políticos, ha provocado una oleada de rechazo al presidente italiano.
Junto con esta añorada reducción de las provincias, Renzi intentará dar un lavado de imagen a Italia con varios mecanismos: la reforma de la Administración, una nueva ley electoral, la reforma de la Justicia y la modificación del Senado. En consecuencia, un paquete de medidas que trata de estabilizar a Italia políticamente y de recortar gastos en un país con muchas dificultades económicas.