Europa

Escasos progresos en las conversaciones de las potencias sobre Ucrania

Los esfuerzos diplomáticos de alto nivel por resolver la crisis en Ucrania han hecho pocos avances evidentes durante un encuentro el miércoles en París que dejó enfrentados a Moscú y Washington, y al ministro ruso de Asuntos Exteriores negándose a reconocer a su homólogo ucraniano. Los líderes europeos discuten cómo rebajar la tensión en Ucrania.

El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, dijo que las discusiones continuarán en los próximos días, en un intento de estabilizar la crisis, y que espera reunirse el jueves en Roma con su homólogo ruso, Sergei Lavrov.

Ideas sobre la mesa

"No asuman que no tuvimos conversaciones serias, que produjeron ideas creativas y apropiadas sobre cómo resolver esto. Tuvimos una serie de ideas sobre la mesa", dijo Kerry tras el encuentro con los ministros de Ucrania, Rusia, Reino Unido y Francia.

"No creo que ninguno de nosotros tuviera una anticipación de que íbamos a venir aquí en este momento, en este ambiente de tensión y confrontación aumentada, que eso se iba a resolver de repente, aquí, esta tarde", agregó.

Rusia había rechazado anteriormente las demandas de Occidente de que sus fuerzas que tomaron control de la península ucraniana de Crimea regresaran a sus bases.

La OTAN, tras otra reunión en Bruselas, anunció que recortaría su cooperación con Rusia para intentar obligarla a retroceder en Ucrania y suspendió los planes de una misión conjunta relacionada a las armas químicas de Siria. La alianza dijo que reforzará sus relaciones con el nuevo Gobierno de Kiev.

La Unión Europea ofreció 11.000 millones de euros de apoyo financiero al nuevo Gobierno ucraniano prooccidental en los próximos dos años mediante una serie de créditos y subsidios, siempre que Kiev alcance un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Alemania, la principal economía de la UE, también prometió ayuda bilateral.

Guerra Fría

Rusia y Occidente están enfrentados en la disputa más grave desde el final de la Guerra Fría por su respectiva influencia sobre Ucrania, una antigua república soviética con lazos históricos con Moscú que también es un importante exportador de materias primas y un vínculo estratégico entre este y oeste.

Ucrania rechazó el año pasado un acuerdo comercial con la Unión Europea bajo presión rusa, desatando meses de protestas callejeras en Kiev y la marcha el 22 de febrero del presidente Viktor Yanukovich, un aliado de Rusia. Ucrania dice que Rusia ha ocupado Crimea, donde está su flota del mar Negro, provocando un furor internacional y fuertes caídas en los mercados el lunes, que después se estabilizaron.

Lavrov dijo que las discusiones sobre Ucrania seguirán, aunque no habló con el ministro ucraniano de Exteriores, Andriy Deshchitsya, cuyo nuevo Gobierno es considerado ilegítimo por Moscú. Mientras abandonaba el Ministerio de Exteriores en París, se le preguntó a Lavrov si se había reunido con su homólogo ucraniano. "¿Quién es ese?", respondió el ministro ruso.

Deshchitsya dijo que creía en un "resultado positivo" de las conversaciones. Cuando se le consultó por qué no se reunió con Lavrov, se encogió de hombros y levantó las cejas.

Un funcionario del Departamento de Estado estadounidense negó noticias rusas de que Moscú y las potencias occidentales acordaron que el Gobierno ucraniano y la oposición deberían cumplir el acuerdo de paz mediado por la Unión Europea el 21 de febrero. "No hubo acuerdos en esta reunión y no los habrá sin la participación directa del Gobierno ucraniano y su absoluta aceptación", dijo.

Las conversaciones del miércoles en París eran un intento de Francia de aprovechar la presencia de ministros de Exteriores de grandes potencias en la capital francesa antes de una esperada reunión en el Líbano.

El primer intento del presidente François Hollande por reunir a Lavrov con Deshchitsya en el Palacio del Eliseo fracasó, al igual que una iniciativa posterior en el Ministerio de Asuntos Exteriores.

Desplante ruso

Las reuniones, con los ministros de Francia, Rusia, Estados Unidos, Polonia, Alemana y Ucrania, ocurrieron en varias combinaciones durante el día, pero nunca con los ministros de Ucrania y Rusia en el mismo salón. Lavrov había repetido antes una afirmación (ridiculizada por Occidente) de que las tropas que han tomado la península ucraniana en el mar Negro no estaban bajo control ruso.

Consultado sobre si Rusia ordenaría a sus fuerzas de Crimea que volviesen a sus bases, dijo: "Si se refieren a las unidades de autodefensa creadas por los habitantes de Crimea, no les damos órdenes, no siguen órdenes nuestras".

Un enviado especial de Naciones Unidos se vio obligado a abandonar su misión en Crimea tras ser detenido por hombres armados y refugiarse en un café, asediado por una multitud hostil que gritaba "¡Rusia!, ¡Rusia!". El diplomático holandés Robert Serry viajó a Estambul tras el incidente.

En una señal de la elevada tensión en el este de Ucrania, una multitud prorrusa en Donetsk, el hogar de Yanukovich, recapturó un edificio público regional que fue desalojado antes por la Policía.

Occidente está presionando a Rusia para que las tropas vuelvan a sus cuarteles, acepte una misión de observadores internacionales en Crimea y Ucrania y negocie una solución a la crisis con un "grupo de contacto", probablemente bajo los auspicios de un organismo paneuropeo de seguridad.

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