Para que a una mujer de la Alemania de los años 30 ó 40 le permitiesen casarse con un militante nazi tenía que cumplir una serie de ideales, según unos documentos encontrados en el Archivo Federal. Fallece Laszlo Csatary, uno de los criminales de guerra nazi más buscados.
En primer lugar, debían convertirse en el pilar de la raza germana, porque serían ellas las que diesen a luz a la siguiente generación.
Antes de casarse, realizaban un programa de seis semanas en el que se les ensañaba tareas como cocinar, coser, limpiar, decorar la cosa, planchar o educar a los niños. También les proporcionaban nociones sobre cómo comportarse correctamente en eventos sociales y les impartían "conocimientos especiales sobre la genética y la raza", según informa Actualidad RT.
Una vez cursadas estas 'asiganaturas', las jóvenes obtenían un certivicado que les permitía contraer matrimonio con el que había sido su novio (militante de las SS o cualquier funcionario nazi) en una ceremonia neopagana, ante un altar decorado con los símbolos nazis, en presencia de los miembros del Wehrmacht, las Fuerzas Armadas nazis.
Las 'escuelas de novias' fueron fundadas después de que el comandante en jefe de las SS, Heinrich Himmler, firmara la respectiva orden en 1936. La primera escuela se inauguró en la isla de Schwanenwerder, en el lago Wannsee, cerca de Berlín. La persona que encabezó el proyecto fue Gertrud Scholtz-Klink, la mujer de más alto rango del Tercer Reich, que lideró la NS-Frauenschaft (la Liga Nacional Socialista de Mujeres), y que era amiga personal de Himmler y una ferviente activista nazi.
La popularidad de estas escuelas fue decreciendo, sobre todo con la escasez de hombres, consecuencia de la guerra. A partir de entonces, los nazis cambiaron este ideario de mujer perfecta por el de mujer trabajadora.
Hitler no comía carne
