
Los dos partidos conservadores que forman la alianza de Gobierno en Portugal garantizaron la cohesión y estabilidad de su alianza tras la decisión del jefe de Estado, Anibal Cavaco Silva, de confirmarles en el Ejecutivo.
El Partido Socialdemócrata (PSD, centroderecha) y el Centro Democrático Social Partido Popular (CDS-PP, democristiano) acogieron con satisfacción la decisión de Cavaco, que optó por confirmar la continuidad del Gobierno conservador tras fracasar las negociaciones para un pacto de Gobierno que incluyera a la oposición socialista.
Líderes de las dos formaciones también coincidieron en expresar su disponibilidad al diálogo con los partidos de la oposición y las organizaciones sociales y económicas.
"No queremos tener toda la verdad, queremos dar lo mejor de nosotros y estamos abiertos a contribuciones y buenas ideas, independientemente del color partidario", afirmó el vicepresidente del PSD, Pedro Pinto.
El dirigente del partido que preside el primer ministro, Pedro Passos Coelho, dijo que su formación está también dispuesta a empezar un nuevo ciclo de Gobierno.
En esa fase, el Ejecutivo dará prioridad al crecimiento y el empleo "pero sin olvidar el mantenimiento de unas cuentas públicas estables", remarcó.
Los socialdemócratas defendieron que hay "varias señales positivas" en la economía y muestran que la política del Gobierno conservador va por el camino correcto para conseguir un "Estado más pequeño" y "financieramente sostenible".
Por parte del socio minoritario del Ejecutivo, el CDS-PP, su vicepresidente, Nuno Melo, garantizó que la mayoría conservadora está "cohesionada" y hay un Gobierno "fuerte y unido" en Portugal.
Melo anticipó también un ciclo político "más centrado en la economía, la inversión, las empresas y el empleo" y reafirmó la voluntad de su partido de cumplir el resto de la legislatura, hasta 2015.
El objetivo del Gobierno, según los democristianos, será poner fin a la supervisión de la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) que sufre Portugal bajo el rescate financiero que le concedieron ambos organismos en mayo de 2011.
Los democristianos defendieron también que mantendrán el "espíritu de diálogo" con la oposición y los agentes sociales, después del fracaso del pacto con los socialistas.
Para Melo, los seis días de negociaciones con el principal partido de la oposición "no fueron tiempo perdido" y sirvieron para abordar importantes problemas del país.
La crisis política se desencadenó el 2 de julio por la renuncia del líder del CDS-PP, Paulo Portas, no aceptada por el primer ministro, Pedro Passos Coelho.
Los dos partidos lograron días más tarde un acuerdo de Gobierno en el que Portas asumía el cargo de viceprimer ministro y coordinador de la política económica, pero Cavaco optó p0r no aceptar esa formula y convocar al pacto de salvación nacional.