Europa

El G-7 confirmó no recurrir a la manipulación de los tipos de cambio

G-7 Fuente: Archivo

El Grupo de las Siete principales economías mundiales (G-7) han reiterado su compromiso en no recurrir a la manipulación de los tipos de cambio de las divisas como política monetaria proteccionista para aumentar la competitividad.

Al término de la cumbre de dos días celebrada en la localidad de Aylesbury, los ministros de Finanzas de Reino Unido, George Osborne, y de Japón, Taro Aso, han desmentido que hubiera fricciones en el seno del G-7.

Es más, ha destacado el éxito del compromiso suscrito por el Grupo en febrero, en el que dejaban a los mercados la variación de los tipos de cambio e instaba a bancos centrales a apegarse a los objetivos internos en su política cambiaria.

Sobre Japón, cuyo banco central rebajó los tipos al mínimo histórico, Osborne ha esgrimido una postura moderada y se ha limitado a apuntar que los ministros de Finanzas y los presidentes de los bancos centrales del G-7 se han mostrado "interesados" en escuchar las explicaciones de Japón.


Osborne, que ha presidido esta cumbre, se ha remitido a las explicaciones de su par nipón, que ha alegado que todas las medidas que están adoptando conforman "cambios estructurales" para impulsar la competitividad de la economía japonesa.

Hasta ahora, Japón ha justificado la reducción de los tipos de cambio en la lucha contra la deflación que registra la economía nipona desde hace más de quince años. Los tipos se encuentran en su mínimo histórico desde octubre de 2010, entre el 0% y el 0,1%, cuando los tipos en Europa, tras la última rebaja del BCE, se hallan en el 0,5%.

Tanto el secretario del Tesoro estadounidense, Jacob Lew, como su homólogo canadiense, Jim Flaherty, han expresado su cautela y preocupación por la política monetaria en Japón y el compromiso adoptado entre las siete principales economías mundiales, según ha informado el diario estadounidense 'The Wall Street Journal'.

En cambio, los representantes alemanes en la cumbre han ido más allá. El ministro de Finanzas, Wolfgang Schaeuble, y el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, han coincidido en alzar la voz de alarma sobre las consecuencias en la estabilidad financiera que conlleva la relajación de las políticas monetarias a nivel mundial.

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