
Ningún festejo está previsto este lunes en el Elíseo para celebrar el año de la victoria de François Hollande en las presidenciales de 2012. Sería poco oportuno dado el contexto de crisis y el nivel récord de impopularidad del mandatario socialista apenas doce meses después de su llegada al poder. En cambio, el Gobierno se reúne para un seminario sobre "los instrumentos del cambio". Una manera de hacer balance y destacar la acción del Ejecutivo sin alardes. François Hollande, en caída libre: solo tiene el apoyo del 32% de los franceses
Para resaltar las medidas tomadas hasta el momento, el Partido Socialista publicó el viernes en su sitio web una lista de las promesas de campaña del candidato Hollande cumplidas hasta el momento. Entre sus mayores logros en materia económica cuenta la reforma laboral y el pacto para relanzar la competitividad.
Una de las grandes promesas del candidato Hollande era hacer avanzar las reformas a través del diálogo entre los agentes sociales. A principios de enero, bajo presión del ejecutivo, la patronal y los sindicatos llegaron a un acuerdo para flexibilizar el mercado laboral. La reforma fue aprobada en abril por el Parlamento francés.
Ante la creciente inquietud por la pérdida de competitividad gala, Hollande anunció en noviembre una serie de medidas para ayudar a las empresas galas, entre ellas 20.000 millones de euros en ayudas fiscales para impulsar la competitividad. Pero para financiar esta medida, renunció a la que había sido una de sus grandes promesas electorales, no elevar el IVA. Una subida será finalmente necesaria para financiar el pacto de competitividad.
En materia de empleo, el Ejecutivo puso en marcha los llamados contratos generación y empleos de futuro, puestos subvencionados por el Estado para luchar contra el desempleo entre los jóvenes y los mayores. Pero el cumplimiento de estas promesas ha quedado tapado por una crisis que parece agravarse y una tasa de paro que superó el récord de 1997 con más de 3,2 millones de parados.
Otros compromisos se han cumplido a medias y está por verse si aguantarán la necesidad de ajuste, como la vuelta atrás respecto a las pensiones, una de las promesas más simbólicas de Hollande. El presidente galo restableció la jubilación a los 60 años pero de manera parcial mientras su ejecutivo prepara una nueva reforma para este otoño que podría aumentar los años de cotización.
La crisis ha obligado a Hollande a renunciar a compromisos clave, como la reducción del déficit al 3 por ciento del PIB en 2013, promesa que figuraba en su plan de campaña. Y parece imposible que consiga revertir el aumento del paro a finales de este año.
Otra promesa estrella fue el gravamen al 75% para las grandes fortunas, tumbado por el Consejo Constitucional.
A nivel europeo, los logros iniciales han dado paso a una serie de frustraciones con Berlín. Hollande consiguió que se adoptara su idea de pacto de crecimiento, en cambio perdió en la batalla por el presupuesto y los eurobonos.