
Once islamistas británicos, todos ellos miembros de una célula terrorista ligada a Al Qaeda, con sede en Birmingham, han sido condenados a penas de cárcel este viernes por planear una serie de atentados suicida que podrían haber resultado tan letales como los ocurridos el 7 de julio de 2005. La Policía arresta en Murcia y Zaragoza a dos 'lobos solitarios' cercanos a Al Qaeda
El líder del grupo, Irfan Naseer, de 31 años, ha sido condenado a cadena perpetua y deberá cumplir un mínimo de 18 años de cárcel. Los también altos responsables del grupo, Irfan Khalid y Ashik Ali, han sido condenados a 18 y 15 años de cárcel, respectivamente.
Otros cuatro condenados han recibido condenas entre los 12 y los cuatro años de prisión y, finalmente, los cuatro restantes pasarán 40 meses en la cárcel al haberse negado a viajar con el resto del grupo a un campamento de entrenamiento terrorista en Pakistán, según informa la cadena británica BBC.
El grupo pretendía detonar hasta ocho bombas escondidas en mochilas que iban a ser activadas mediante un temporizador, en lo que para la Policía se trata de la trama terrorista de mayor envergadura tras la desarticulada en 2006 para hacer estallar aviones comerciales con bombas escondidas en latas de bebida.