
François Hollande intentó ayer recomponer la maltrecha imagen de su Gobierno después de que su ex ministro de Presupuesto confesara que tiene una cuenta secreta en Suiza y que mintió durante los últimos cuatro meses. "Es una falta imperdonable. Un ultraje a la República", dijo el mandatario galo durante una comparecencia breve, pero extremadamente dura con un hombre que hasta hace diez días era el ministro estrella de su Ejecutivo. "Engañó a las más altas autoridades del país: al jefe del Estado, al Gobierno, al Parlamento y a todos los franceses", insistió Hollande.
El presidente intentó calmar el incendio proponiendo una serie de reformas para asegurar una mayor transparencia por parte de los responsables políticos. Hollande anunció que su Gobierno propondrá una ley que obligue a ministros y parlamentarios a publicar su patrimonio y someterlo a un control más estricto para evitar conflictos de intereses. El texto debería ser enviado al Parlamento en las próximas semanas.
Hollande también prometió una reforma del sistema judicial para dar mayor independencia y libertad a los jueces para actuar frente a todos los poderes. Finalmente, se pronunció a favor de que todos los representantes políticos condenados por casos de fraude fiscal o corrupción no puedan ejercer ningún cargo público.
La confesión de Cahuzac sacudió al Gobierno como un verdadero terremoto político. Hollande aseguró que el exministro nunca recibió protección por parte del Ejecutivo y prometió que la justicia actuará con independencia. Desde que el sitio web de investigación Mediapart reveló el escándalo a principios de diciembre, tanto Hollande como su Primer ministro insistían en que confiaban en las explicaciones de Cahuzac.
El primer ministro hizo lo posible por atajar la avalancha de críticas durante la sesión de preguntas al gobierno en la Asamblea Nacional. "Nuestra indignación es total, pero también nuestra cólera", dijo Jean Marc Ayrault con tono enfurecido frente a los parlamentarios.
En teoría, el exministro podría recuperar en un mes su escaño de diputado. Sin embargo, de hacerlo, no sería ya dentro del grupo socialista, puesto que el secretario general del partido, Harlem Désir, anunció ayer que Cahuzac quedaba excluido.
Pero la reacción y las explicaciones del Ejecutivo no calmaron a la oposición que reclamó más claridad sobre el rol del presidente y de su primer ministro en el escándalo. "Las preguntas que se hacen hoy los franceses son: ¿François Hollande estaba al corriente? ¿Jean Marc Ayrault lo sabía? Y si es así, ¿desde cúando?", lanzó Jean François Copé, líder de la UMP, primer partido de la oposición. El escándalo hizo tambalear a un Gobierno cuya popularidad está por los suelos. Sin embargo, desde el Elíseo negaron una inmediata remodelación y Hollande mantuvo su visita oficial a Marruecos.
Por su parte ,Cahuzac fue inculpado por blanqueo de fraude fiscal, un delito castigado con una pena máxima de prisión de cinco años y una multa de hasta 375.000 euros. El exministro, que aseguró estar "devastado por el remordimiento", dijo que ya ha encargado repatriar a Francia los fondos de su cuenta secreta, aproximadamente unos 600.000 euros.