Todos los focos estaban puestos este sábado sobre el presidente de Italia, Giorgio Napolitano, quien tenía que decidir que fórmula de gobierno dotaría al país tras el fracaso de las negociaciones del líder de centro-izquierda con el resto de partidos. Sin embargo, Napolitano ha sorprendido con una decisión salomónica que esquiva las tres opciones barajadas.
Se contemplaban tres opciones. En realidad, dos, a la que fue añadida una tercera. En primer lugar, que Napolitano ordenase la formación de un gobierno político de concentración a los líderes más votados pese a los desacuerdos.
En segundo lugar, que el presidente de la República de Italia se decantase por un segundo gobierno tecnócrata, tras la experiencia con el que lideró Mario Monti, para reorganizar el país.
A estas dos opciones pésimas -una implica un gobierno de líderes que no se ponen de acuerdo; la otra, un gobierno no elegido por los votantes italianos- se sumaba esta mañana una tercera alternativa, igualmente nefasta, que se sostenía en los rumores acerca de una posible dimisión del propio Napolitano: inmediatamente después, podría convocar nuevas elecciones con un resultado igualmente incierto.
La incertidumbre continúa en Italia a pesar de la vía de escape tomada por Napolitano, que ha sorprendido por su carácter salomónico. El presidente ha optado por emprender el camino del medio: pide más tiempo y esfuerzo a los partidos para constituir un gobierno de concentración mientras ha encargado a dos grupos de expertos que estudien las necesidades de reformas estructurales del país para sacarlo adelante.
Otro grupo de tecnócratas
Estos grupos de expertos elaborarán un informe que tendrá que servir de línea maestra para el gobierno político que previsiblemente se constituirá. Es decir, los tecnócratas trazarán un camino destinado a ser recorrido por los políticos del país.
Napolitano explicó la creación de dos grupos de trabajo "restringidos" formados por personalidades de distintos ámbitos que puedan identificar este plan de reformas sobre el que las fuerzas parlamentarias puedan llegar a un acuerdo.
Esos dos grupos, que se constituirán previsiblemente el próximo martes y cuya composición exacta se conocerá en las próximas horas, elaborarán un informe que será presentado después a Napolitano o a su sucesor en la presidencia de la República para sentar las bases del programa del próximo Gobierno.
Bersani apoya a Napolitano
Pier Luigi Bersani, líder del partido de centro-izquierda, el más votado en las pasadas elecciones, ya ha asegurado estar comprometido con el plan de Giorgio Napolitano, sobre el que ha destacado la gran complejidad que entrañaba su decisión.
Conseguir un acuerdo entre partidos, con el nuevo tiempo ganado por el presidente de la República, sin embargo, no será sencillo: los tres principales grupos del parlamento s encuentran atrincherados en sus posiciones.
Acuerdos imposibles
Bersani fracasó en conseguir suficientes apoyos para formar un gobierno con el resto de los partidos después de una semana de conversaciones. Rechazó la propuesta del líder del centroderecha Silvio Berlusconi para un acuerdo de coalición que daría al ex primer ministro implicado en varios escándalos una cuota de poder y el derecho a decidir sobre el sucesor de Napolitano.
Tanto el grupo de Berlusconi como el antisistema Movimiento 5 Estrellas del ex cómico Beppe Grillo han descartado apoyar un nuevo gobierno tecnócrata como el del saliente primer ministro Mario Monti, bloqueando la que parece ser la única otra opción.
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Napolitano no dimitirá