
En las primeras horas de su pontificado Francisco ha demostrado una actitud tajante frente a los casos de pederastia que afectan a la curia. Cuando se encontró con el cardenal Law, acusado de encubrir abusos sexuales, en Santa María la Mayor expresó claramente que no quiere volver a verle frecuentando la Basílica. El arzobispo de Nueva York responde a unas acusaciones de abusos sexuales
Según la información del diario El Mundo, los escándalos vaticanos de abusos sexuales que han salido a la luz en los últimos días, sobre todo por las informaciones reveladas en el caso 'Vatileaks', son sin duda uno de los retos más complicados que deberá resolver en nuevo papa. De momento con la actitud mostrada este jueves en su primera misa ya ha dejado claro cuál es su posición.
La demostración tuvo lugar en la Basílica de Santa María la Mayor en Roma. Allí reside el cardenal estadounidense Bernard Law el cual está acusado de haber encubierto a unos 250 curas pederastas en las décadas de los 80 y los 90, período en el que fue arzobispo de Boston. Una organización de víctimas sexuales de sacerdotes denuncia que Law no hizo nada para impedir más de 5.000 casos de abusos.
El cardenal se trasladó a Roma poco después de verse a obligado a dimitir en su puesto del obispado de Boston. Estaba a punto de recibir una citación judicial cuando recaló en la Basílica de Santa María la Mayor para ser su arcipreste. Muchos consideraron que este traslado fue un movimiento del Vaticano para ofrecerle protección y para que no tuviera que sentarse a rendir cuenta de sus acto frente a los jueces de su país.
Desde 2004 hasta noviembre de 2011 el cardenal Law ha desempeñado el cargo de arcipreste en Roma. El puesto se lo dio Juan Pablo II y se lo quitó Benedicto XVI cuando nombró en su lugar al español Santos Abril y Castelló, quien suena para convertirse en el segundo de Francisco. A pesar de ello, Law sigue viviendo en la Basílica de Santa María la Mayor y por lo tanto ayer por la mañana se encontró directamente con el nuevo papa cuando éste acudió al templo para rezar frente a la imagen de la Virgen.
Según el portavoz del Vaticano, el padre Federico Lombardi, Law estaba perfectamente avisado de la llegada del papa y, sin embargo, quiso estar presente en ese momento. Cuando Francisco le vio se le desencajó la cara y se alejó inmediatamente de él diciendo que no quería que continuara frecuentado la Basílica.
La intención de Francisco es obligar al cardenal Law a entrar en un convento de clausura. También está dispuesto a cumplir el retiro espiritual que se le asignó al purpurado cuando le empujaron a dimitir como arzobispo de Boston en medio de las acusaciones y que nunca se han llevado a cabo.
Hasta ahora el cardenal americano ha salido impune de sus encubrimientos y ha participado activamente de las grandes decisiones que se han tomado en el Vaticano en los últimos años. Estuvo presente en los funerales de Juan Pablo II y en el cónclave en el que salió elegido papa Benedicto XVI. Esta vez no ha entrado en la Capilla Sixtina únicamente por superar los 80 años de edad.