
El alcalde de Tesalónica en la década pasada y un exministro, encarcelados. Investigan un presunto fraude que implica a los dos partidos que gobiernan en Grecia
En un famoso monólogo, un cómico griego describe en los años 50 el estado de corrupción y de impunidad que mandó en Grecia durante gran parte del siglo XX. El cómico contaba que "si robas diez mil dracmas, esto se llama crimen de baja estofa y te meten un mes en la cárcel. Si cojes cien mil, esto se llama delito de menor grado, y pasas cuatro meses en la cárcel. Si cojes diez millones, esto se llama malversación, y tras el acuerdo entre el fiscal y el investigador, te dan el paso libre. Si cojes cien millones, se llama abuso de confianza, un delito grave, así que el juicio queda aplazado y sales del tribunal. Ahora, si cojes quinientos millones, se llama contrato y te dan felicitaciones. Y si te metes con miles de millones y con billones, se llama transferencia de fondos y te dan la medalla de honor".
Unos setenta años más tarde parece que hay progreso. En tiempos en que la sociedad demanda catarsis, los griegos ven que por primera vez hay personajes que han hecho increíbles delitos económicos en los últimos años, políticos, funcionarios de gobierno, ministros, diputados, alcaldes y empresarios, se llevan ante el juicio, se acusan directamente de corrupción, malversación y robo de dinero público y que en vez de habitaciones en hoteles de lujo, ahora ocupan celdas en las cárceles públicas. Los residentes más ilustres de las cárceles griegas son actualmente el exministro de Defensa Akis Tsojantsópulos y el exalcalde de Tesalónica Vasilis Papageorgópulos.
Una historia de éxito
La presencia de Akis Tsojantsópulos en el panorama político en Grecia fue siempre acompañada por una sensación de brillantez, de imponente ostentación. Durante la época de omnipotencia de Andreas Papandreu, en los años 80, Akis era la mano derecha del histórico líder socialista.
Su lealtad fue premiada varias veces por altos cargos en el Gobierno. Tras la muerte de Papandreu, Tsojantsópulos fue candidato a la presidencia del Pasók, quedando finalmente en segundo lugar. No obstante, fue ministro de Defensa de 1996 a 2001.
Durante su mandato en el Pentágono heleno, su nombre se implicó en casos de soborno y de financiación ilegal por parte de una empresa alemana de suministro de armamento. Tras su sustitución, poco a poco su infuencia fue decayendo, pero su vida privada seguió llenando las portadas de las revistas de corazón.
El 2011 la Comisión de Transparencia del Parlamento heleno investigó la declaración de renta y de bienes del exministro: se encontraron unos 178 millones de euros cuya procedencia no pudo ser justificada, al mismo tiempo que se localizaron otras cantidades significantes en depósitos de altos funcionarios de Defensa.
El 16 de abril de 2012, el exministro fue detenido, encarcelado y, la semana pasada, condenado a 8 años de prisión, una multa de 520.000 euros, 4 años de privación de derechos políticos y la confiscación de su casa recién comprada en el centro de Atenas.
Por su parte, Papageorgópulos fue todo un atleta, multicampeón en Grecia y los Balcanes, y aspirante a una medalla en los Juegos Olímpicos del 72 y el 76. Por eso, y también por su titulación universitaria, fue llamado el doctor con alas.
Más tarde, y como miembro destacado del conservador Nueva Democracia, ejerció como alcalde de Tesalónica, la segunda ciudad griega, durante 12 años (1999-2011), un período marcado por el escaso progreso para la ciudad cocapital, pero de gran ascenco social para él, durante el que hizo gala de arrogancia y confianza en su poder.
Tras perder el cargo ante el socialista Yiannis Butaris, Papageorgópulos fue acusado de una malversación estratosférica en la alcaldía, que asciende a unos 18 millones de euros durante los doce años de su mandato, un fraude que según él se llevó a cabo con la colaboración del secretario general del municipio y del extesorero.
Cadena perpetua directa
Hasta hace unos días, Papageorgópulos declaraba su inocencia con rotundidad; el juicio fue por él una verdadera catapulta: cadena perpetua, sin reconocer ningún elemento atenuante y sin posibilidad de ejercer ninguna apelación. Según el Tribunal, la malversación se hacía con el propio conocimiento, la tolerancia y la cobertura del ex-alcalde, inmediatamente al asumir el cargo en 1999, algo que requiere familiaridad previa con el crimen, y en efecto Papageorgópulos estaba implicado en delitos incluso cuando era diputado y viceministro de Deportes.
"La presencia destacada del acusado en el panorama deportivo y político debería haber desalentado su actividad delictiva", según los jueces. No fue así.