
El camino de Pier Luigi Bersani hacia un acuerdo de Gobierno con Beppe Grillo se hace cuesta arriba. Después de que el líder del centroizquierda italiano (ganador de las elecciones del pasado lunes pero sin mayoría en el Senado) propusiera un pacto al Movimiento 5 Estrellas (M5S), Grillo cerró ayer la puerta a cualquier colaboración: "Bersani, un muerto que habla" es el titular elocuente del último post de beppegrillo.it, el blog que es la página oficial y el alma del movimiento que se ha convertido en el primer partido unitario italiano. Italia, ingobernable.
"Bersani es un acosador político. Desde hace días está molestando al M5S con propuestas indecentes en vez de dimitir como cualquier otra persona haría en su lugar" recita la página web, echando tierra sobre una de las posibilidades que quedaban al líder progresista.
Otra alternativa sería un Gobierno de coalición con Berlusconi, que ayer volvió a ofrecerse para una alianza: "Ninguna fuerza política responsable puede ignorar el valor de la gobernabilidad" dijo, apuntando al nacimiento un gabinete tecnócrata que le daría papel de protagonista.
Polémica servida
Ahora, Bersani tiene tres semanas para elegir entre los "dos payasos que ganaron las elecciones italianas", como el líder socialdemócrata alemán Peer Steinbrück definió a Grillo y Berlusconi, causando la indignación del presidente italiano, Giorgio Napolitano, de visita en Alemania, y la cancelación del encuentro que tenía con el mandatario transalpino. Por su parte, el Partido Demócrata (PD), que tiene escaños suficientes en el Congreso pero no en el Senado, intenta proponer otra solución: un Gobierno de minoría, que se busque por cada medida el apoyo de diferentes sectores de la Cámara Alta.
Ayer, el vicesecretario del PD, Enrico Letta, dijo que su partido quiere "un Gobierno de cambio para la moralidad pública y las políticas de empleo". "Pediremos al Parlamento que se pronuncie" añadió Letta, explicando que Bersani podría crear un gabinete formado sólo por exponentes del PD y SEL (los aliados izquierdistas de Sinistra, Ecologia e Libertá), que se basaría en la lucha contra la corrupción, la reducción de privilegios de la clase política y nuevas políticas de empleo.
Un plan que, a pesar de la rudeza de Grillo, podría encontrar el favor de varios militantes del M5S. Y con la ventaja de no necesitar un acuerdo de Gobierno, al que Grillo se opone, y una única contraindicación: la debilidad del gabinete, que choca con la petición europea de que Italia tenga un Ejecutivo estable.