
Muchos son los papas que han pasado por Roma, pero muchos de ellos no han funcionado como esperaban dando mala imagen al Vaticano y a la Iglesia.
Si ponemos la vista atrás hay que remontarse a el año 896 con Esteban VI que duró un año. Cuando falleció el Papa anterior, mandó exhumar su cuerpo y someterlo a juicio, con el cadáver presente.
Sergio III estuvo desde el año 904 hasta el 911. Las malas lenguas decían que había matado a su antecesor para poder quedarse con el poder. Además tuvo una hija con una amante adolescente lo que le marcó de forma negativa para la historia de Roma.
Bonifacio VII (984-985) duró solo un año, incluso estaba mal visto entre los obispos que llegaron a decir de él que era el "anticristo sentado en el templo de Dios" ya que hizo encarcelar y envenenar a Juan XIV.
Nicolás III, (1277-1280) distribuyó los principados Estados Pontificios entre su familia, por lo que se ganó un lugar en el infierno.
Bonifacio VIII (1294-1303) no tenía buena relación con Felipe IV de Francia por lo que decidió excomulgarle y sometió a jurisdicción papal a toda persona.
De Benedicto IX (1032-1044), San Pedro Damián decía que era un demonio vestido de sacerdote además de llamarle vil, asqueroso y execrable.
Clemente V (1305-1314) se dedicó a dar poder, dinero y honores entre sus familiares.
Alejandro VI (1492-1503). Perteneciente a la familia Borgia, compró cargos que después daría a los hijos de su amante, Vannozza Catanei.
León X (1513-1521) vendió piezas del Vaticano y emitió indulgencias. Tenía gustos caros en arte.