
Grecia ya tiene a su nuevo primer ministro. Antonis Samarás juró ayer como máximo dirigente del Ejecutivo griego e inició de inmediato las negociaciones para la formación del nuevo Gobierno heleno.
El líder del conservador Nueva Democracia (ND) "tiene que luchar en muchas frentes" como dijo con elocuencia su predecesor, el primer ministro interino estas tres últimas semanas Panayotis Pikramenos, y no es nada más que la verdad.
Tras su juramento en el Palacio Presidencial, Samarás se reunió con Evangelos Venizelos y Fotis Kuvelis, los presidentes de Pasok e Izquierda Democrática respectivamente, con el objetivo de llegar a un acuerdo sobre quienes participarán en el nuevo gobierno. Aunque al cierre de esta edición no estaba oficialmente confirmado, el que ocupará el puesto del ministro de Finanzas será Vasilis Rápanos, economista y hasta ahora presidente del Banco Nacional de Grecia (ver información).
Se espera que el nuevo esquema gubernamental se anuncie oficialmente esta mañana, mientras que Samarás dispone de unos 15 días para pedir el voto de confianza del parlamento, tal como contempla la constitución helénica.
En la reunión entre los tres presidentes de los partidos que apoyan el nuevo Gobierno de coalición, participaron también el saliente ministro de Finanzas Yorgos Zaniás y el presunto nuevo ministro, Vasilis Rápanos. Está claro que la economía es la primera prioridad del nuevo ejecutivo, incluso antes de la confirmación de la composición del nuevo gabinete.
El punto clave de la negociación entre Samarás, Venizelos y Kuvelis es que las tres partes acordaron que es fundamental que el nuevo gobierno disponga de un horizonte temporal de largo plazo, por lo menos hasta junio de 2014, cuando se celebrarán las elecciones para el Parlamento europeo. De hecho, durante las reuniones de las delegaciones de los tres partidos se ha podido comprobar que hay áreas de acuerdo en varios asuntos estatales de primera fila, como en el tema de la inmigración ilegal, que se ha convertido en un trauma para el país heleno.
No obstante, el asunto que más inquieta a los ciudadanos griegos es la situación económica. Según círculos cercanos a los tres partidos, ND, Pasók e ID se muestran dispuestos a detener los recortes en salarios y pensiones, a derogar el impuesto sobre el patrimonio, que tanta polémica ha generado desde el momento que se impuso su pago obligatorio mediante la factura de la luz, y también a adoptar unos reglamentos favorables para los prestatarios griegos.
Negociación con la troika
En líneas generales, la prioridad del nuevo ejecutivo será la renegociación del memorándum con los socios europeos, con respeto a los compromisos que el país ha suscrito con los acreedores internacionales. También figura en la agenda del tripartito los objetivos de asegurar la permanencia de Grecia en el euro, modificar las condiciones laborales, pero esta vez en favor de los empleados, acelerar las iniciativas para el desarrollo del país, seguir con el ambicioso plan de privatizaciones que parece congelado y también seguir con las reformas estructurales en la administracion pública.
Por otro lado, es de importancia vital aliviar a los ciudadanos que pertenecen a grupos de menores ingresos, aumentar el empleo con proyectos de infraestructuras y hacer uso de los fondos europeos para movilizar el desarrollo.
A la hora de buscar a las personalidades que formarán el nuevo gabinete griego las cosas son sencillas: Nueva Democracia, como ganador de las elecciones del domingo pasado, tiene la posibilidad de incorporar al parlamento a los miembros más destacados de su partido. El nombre de Vangelis Meimarakis es el que más posibilidades tiene para ocupar el puesto del presidente del Parlamento. Vasilis Rápanos es el candidato favorito para ser ministro de Finanzas, mientras que el actual ministro, Yorgos Zaniás, quizá ocupe el cargo de viceministro, a pesar de la oposición del Pasok a esta última opción.
Cambios ministeriales
El vicerpresidente de ND, Dimitris Avramópulos, será probablemente el nuevo ministro de Defensa, mientras que el periodista Panos Panayotópulos ocupará el cargo del ministro de Exteriores. Samarás tiene también como prioridad reconstituir los Ministerios de Marina y de Turismo; este último había sido incorporado al Ministerio de Cultura, durante la legislatura de Papandreu.
La Izquierda Democrática parece que se quedará sin participación propia en el nuevo gabinete. Sin embargo, su voluntad será la que probablemente haga que se mantenga en su puesto el actual ministro de Trabajo, Antonis Rupakiotis. Venizelos no descarta la posibilidad de que un ministerio como el de Agricultura sea otorgado a un candidato socialista.