
La izquierda francesa deja transcurrir la jornada electoral de las legislativas con un optimismo poco disimulado. Todas las encuestas auguran que los socialistas, apoyados por los Verdes y otros grupos de izquierda conseguirán ser mayoría en la Asamblea Nacional. La participación a las 19 horas era del 42'9%, menor que en la convocatoria anterior.
La tasa de participación en la primera vuelta de las elecciones parlamentarias francesas se ha situado este domingo a las 19 horas en el 42'9 por ciento del electorado, lo que supone 1 punto porcentuales menos que en la convocatoria anterior, celebrada en 2007, según datos del Ministerio del Interior recogidos por el diario 'Le Figaro'.
Está previsto que los primeros resultados de los comicios se hagan públicos a partir de las 20.00 horas. El porcentaje de votos registrado hasta este mediodía es claramente inferior al 28,29 por ciento que tenía la primera vuelta de las elecciones presidenciales galas a mediodía el pasado 22 de abril. En 2007, la participación en los comicios parlamentarios se situó en un 60,42 por ciento del electorado, cuatro puntos menos que en la convocatoria anterior, celebrada en 2002.
La izquierda, favorita
Francia votaba el domingo en la primera ronda de unas elecciones parlamentarias que se espera den a la izquierda el control de la cámara y consoliden el poder del presidente, François Hollande, en su campaña por suavizar el dolor de la crisis de deuda en Europa.
En la votación a la Asamblea Nacional de 577 escaños, cámara baja del Parlamento, está en juego la capacidad de Hollande para gobernar con libertad mientras intenta relanzar la segunda economía más grande de la eurozona y presionar a otros líderes de la región para que luchen contra el estancamiento.
Comicios lluviosos
En un día lluvioso en la mayoría de Francia, los centros de votación abrieron a las 8 de la mañana (06:00 GMT). La votación termina a las 8 de la tarde, cuando los primeros resultados deberían dar un indicio del alcance de lo que las encuestas predicen como una victoria de los socialistas y sus aliados.
"Todo este proceso es demasiado largo", dijo Jean-Louis Bertrandy, de 76 años, frente a un colegio electoral en el centro de París.
Una de las peleas más señaladas es la de la líder del grupo de extrema derecha Frente Nacional, Marine Le Pen, y el líder de ultraizquierda Jean-Luc Melenchon, que también se presentaron a las presidenciales y competían directamente por los votos a la Asamble en la región de Calais.
Ségolène Royal, que tiene cuatro hijos con Hollande y aspiró a la presidencia en 2007, espera obtener un escaño en la localidad costera de La Rochelle, al oeste del país, donde se enfrenta entre otros a un izquierdista rebelde al que los socialistas dejaron de lado para hacer sitio a Royal.
Segunda vuelta, el 17 de junio
El 17 de junio se celebra la segunda y última ronda de votaciones, en la que se determina la composición de una asamblea en la que Hollande, al inicio de su legislatura de cinco años, espera encontrar cooperación para aplicar su programa de impuestos y gastos.
El presidente ha prometido revertir el auge del desempleo y borrar el descubierto del Gobierno sin exponer a los votantes a recortes del estado del bienestar y una austeridad al estilo griego.
En un intento de dar ejemplo antes de las elecciones parlamentarias, Hollande y sus ministros acordaron en mayo rebajarse el sueldo en un 30 por ciento. "Ha hecho exactamente lo que debe hacer. Ha cumplido sus promesas", dijo el pensionista Michael Naiditch, que pensaba votar el domingo por un izquierdista de línea dura en su circunscripción de París, antes de respaldar a un socialista en la ronda final de la semana siguiente.
El Senado de Francia, la cámara alta del Parlamento, ya está controlado por la izquierda.
Hollande busca consolidarse
Hollande, que sucedió en el puesto al conservador Nicolas Sarkozy el 6 de mayo y asumió el cargo a mediados de ese mes, necesita toda la ayuda que pueda obtener en su campaña ante los líderes europeos, y sobre todo la canciller alemana, Angela Merkel, por que hagan más en materia de crecimiento económico.
El socialista de 57 años quiere modificar el pacto de responsabilidad fiscal firmado por su predecesor y otros líderes europeos, afirmando que necesita más medidas para impulsar el crecimiento. Pero Merkel ha descartado recurrir a emitir bonos de la eurozona sin avances hacia una unión fiscal más estrecha.
Hollande desafió a la lluvia, acompañado por su compañera Valerie Trierweiler, para votar en Tulle, una localidad 500 kilómetros al sur del país que ha sido su base política desde los 80.
Guerra de números
Salvo que haya una sorpresa, la mayor duda en estos comicios es si los socialistas obtendrán el control de la Asamblea Nacional por sí mismos o si tendrán que depender de los Verdes e izquierdistas más radicales para asegurarse la mayoría de 289 escaños.
Los sondeos publicados en los últimos días muestran al Partido Socialista más o menos empatado con el partido de centroderecha UMP de Sarkozy, con aproximadamente un tercio de los votos totales. Sin embargo, las encuestas colocaban a los socialistas camino de conseguir hasta el 46 por ciento de los votos totales con ayuda de los verdes, su primera opción como socio de coalición, y el Frente de Izquierda, que incluye comunistas y otros grupos de línea dura.
Según el sondeo de Ipsos, la combinación de los votos para socialistas, verdes y el Frente Izquierda podría suponer entre 292 y 346 escaños.
Ipsos estimaba que el Frente Nacional, de extrema derecha y cuya líder Marine Le Pen obtuvo un inesperado 17,9 por ciento de apoyo en la primera ronda de las elecciones presidenciales de finales de abril, conseguiría entre cero y tres escaños.
Los analistas políticos dicen que también había un riesgo de que gran parte de los votantes se queden en casa. La abstención ha subido desde que Francia sincronizó las elecciones parlamentarias y presidenciales, y en 2007 alcanzó el 40 por ciento.