
El líder de la izquierda radical griega Alexis Tsipras se reúne el miércoles con los dirigentes de los principales partidos del país para intentar formar una coalición de gobierno, un esfuerzo considerado como fracasado de antemano después de que haya exigido que primero accedan a romper el acuerdo de rescate del país con la UE y el FMI.
Las elecciones del domingo, sin un ganador rotundo, han dejado a Grecia inmersa en un desorden político, sin un camino claro para formar gobierno, una posible nueva votación dentro de unas semanas y crecientes especulaciones de que podría verse obligada a abandonar la moneda única europea.
Los votantes enfurecidos por las dificultades económicas repudiaron a los dos partidos que lideraron el país durante décadas, los conservadores de Nueva Democracia y los socialistas de PASOK, los únicos que respaldan el rescate por 130.000 millones de euros que salvó a Grecia de la bancarrota.
La remota posibilidad de que Tsipras forme una coalición se desvaneció aún más el martes, cuando el líder de Nueva Democracia, Antonis Samaras, rechazó rápidamente la demanda de desechar el rescate, advirtiendo que tal medida podría expulsar al endeudado país de la zona euro.
Fracaso para formar gobierno
Samaras recibió el primer encargo para formar gobierno, pero fracasó. El martes, Tsipras recibió la oportunidad de formar una coalición en tres días. Se reunirá con el líder socialista del PASOK Evangelos Venizelos a las 15:00 GMT del miércoles, y con Samaras a las 16:00 GMT.
Si ningún político puede sumar una mayoría en el Parlamento de 300 diputados, como cada vez parece más probable, se deberá realizar una nueva elección dentro de tres a cuatro semanas. Samaras podría estar esperando que los griegos le entreguen un mandato más firme en una nueva votación.
"Después de la respuesta de Samaras a Tsipras hoy, ese puente en particular (la opción de un acuerdo de coalición entre esos partidos) ha explotado, está quemado", dijo Theodore Couloumbis, analista político del grupo de expertos ELIAMEP, con sede en Atenas.
Mantener el euro
Rivales durante décadas, Nueva Democracia y PASOK han gobernado juntos en una precaria coalición que negoció el rescate el año pasado, cuando los prestamistas demandaron mayores recortes al gasto en un país que ya sufría cinco años consecutivos de recesión.
La mayoría de los griegos quiere mantener al euro como moneda - algo considerado como imposible sin el rescate - pero están furiosos con los principales partidos políticos, a los que culpan de la recesión, el alto desempleo, que alcanza niveles récord, y la corrupción endémica.
Muchos creen que los recortes al gasto exigidos por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional sólo están empeorando la situación al aumentar el paro y evitar la recuperación de la economía.
Incluso con un sistema que dio a Nueva Democracia 50 escaños adicionales para facilitar la formación de gobiernos estables, no logró crear una mayoría junto con el PASOK para renovar su coalición, sumando apenas 149 parlamentarios entre ambos.