La policía francesa tiene una nueva pista sobre el hombre que mató a tiros a tres niños y un rabino en una escuela judía en la ciudad de Toulouse. Éste podría llevar colgado al cuello una cámara de video, según ha asegurado el ministro francés del Interior, Claude Guéant.
Más de 100 agentes de policía fueron desplegados en la zona para perseguir al hombre, que también es el sospechoso principal en la muerte de tres soldados en dos tiroteos independientes la semana pasada en Toulouse y la población cercana de Montauban.
La seguridad ha sido reforzada en Toulouse, se han desplegado guardias en centros religiosos y el nivel de alerta fue elevado a escarlata, que implica "ataque inminente" en la región de Mediodía-Pirineos.
Comportamientos neonazis
Los tres militares que fueron expulsados en 2008 del Regimiento de Ingenieros Paracaidistas del Ejército francés, con sede en Montauban, están siendo buscados por los investigadores para analizar su posible vinculación con este asesinato múltiple, según ha informado el diario 'Le Point'.
En un mensaje urgente publicado en su página web, el rotativo galo ha indicado que uno de los tres exmilitares ya ha comparecido ante los investigadores. Los tres individuos fueron expulsados del Ejército de Tierra en 2008 tras haber reconocido que se habían fotografiado haciendo el saludo nazi ante una bandera con la esvástica.
Un militar, Jamel Benserhir, ahora fuera del Ejército, denunció a sus superiores a estos tres soldados por sus tendencias neonazis y fue entonces cuando fue hallada la fotografía, que fue publicada en el diario regional 'La Dépêche du Midi' y en el semanario humorístico 'Le Canard Enchaîné'.
Motivación antisemita
Sarkozy dijo que los asesinatos en la escuela y los de los soldados, uno de origen caribeño y dos de antepasados musulmanes, parecían estar motivados por el racismo.
"Al atacar a maestros y niños judíos, parece que hay una motivación antisemita obvia", dijo a última hora del lunes Sarkozy. "Con los soldados (...) uno sólo puede imaginar que la locura sedienta de sangre estaba vinculada al racismo".
La policía no identificó al sospechoso pero dijo que estaban registrando la ciudad, de un millón de habitantes, en busca de un hombre que creía que podía ser un tirador adiestrado, además de la moto Yamaha en la que suele huir. La cara del sospechoso quedó oculta por un casco durante el ataque.
Una testigo dijo a la televisión francesa que el hombre parecía tener un tatuaje en la cara cuando levantó el visor.
Mismo arma en los ataques
Un arma, una potente pistola automática, ha sido usada en los dos ataques, en la escuela y los tiroteos contra los soldados.
Las víctimas del ataque a la escuela fueron un rabino de 30 años, sus dos hijos de cuatro y cinco años y una niña de siete.
Las imágenes de vídeo en la escuela mostraron que el hombre armado mató a un niño de un disparo a quemarropa en la cabeza, antes de huir en la moto, dijo Nicolas Yardeni, responsable regional de la asociación francesa de judíos CRIF.
La policía dijo que la moto del hombre, cuya matrícula había identificado, había sido comprada en mayo.
Luto en Francia
Fue el peor atentado antisemita en suelo francés en casi 30 años. En agosto de 1982, seis personas murieron en un ataque con granadas y pistolas en el restaurante Goldenberg del distrito parisino y judío de Marais.
Con la caída de la noche, estudiantes de la escuela hebrea Ozar Hatorah se concentraron para una vigilia junto a los cadáveres de las víctimas.
Las ventanas de la escuela, un bloque de cinco pisos de ladrillo en un vecindario residencial, estaban cerradas. La pared cercana a la puerta principal tenía marcas de bala y una ventana quedó rota en pedazos.
La embajada israelí condenó los ataques y los calificó de "asesinatos espantosos" y dijo que arreglaría el traslado de los ataúdes de las víctimas a Israel, donde el rabino había recibido su formación religiosa.
En París, Sarkozy, el primer ministro François Fillon, y varios miembros de su gobierno, al igual que el candidato socialista a la presidencia François Hollande asistieron a una ceremonia de recuerdo en una sinagoga, mientras miles de parisinos celebraban una marcha silenciosa en recuerdo a las víctimas.