Europa

Cameron se enfrenta este lunes a una rebelión de diputados euroescépticos

El Primer Ministro británico y su homólogo francés, Nicolas Sarkozy

Decenas de diputados conservadores se disponen a votar este lunes en el parlamento a favor de la convocatoria de un referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea (UE), en abierto desacato de la consigna dada por el primer ministro David Cameron.

Aunque el resultado no sería vinculante y las posibilidades de que gane el 'Sí' son remotas, dada también la oposición de liberaldemócratas y laboristas, la votación coloca a Cameron en una posición particularmente delicada cuando salen igualmente a la luz las tensiones con sus socios europeos.

Alentados por la actual crisis en la zona euro, entre 60 y 100 de los 305 diputados 'Tories' han anunciado su intención de desobedecer a la consigna de voto del Premier conservador y respaldar la moción propiciada por una petición firmada por 100.000 británicos favorables a la celebración de dicha consulta.

Si se confirma, sería la mayor rebelión contra un primer ministro en un tema relacionado con Europa desde que 41 diputados desafiaron en 1993 al gobierno conservador de John Major sobre el tratado de Maastricht. Ante esta posibilidad, el partido ha amenazado al parecer con sanciones a los rebeldes.

Hasta el ministro de Relaciones Exteriores, William Hague, euroescéptico convencido, estimó antes del debate que un referéndum no es la respuesta adecuada a la crisis actual, pues podría crear todavía "más incertidumbre económica" en un periodo ya de por sí difícil para la economía.

"He peleado por más referendos que prácticamente todo el mundo", declaró Hague en los micrófonos de la BBC. "Pero esta propuesta es la pregunta equivocada en el momento equivocado", agregó.

"Europa está experimentando un proceso de cambio y en un caso de referéndum sobre dentro o fuera (de la UE) la gente querría saber dónde van a terminar esos cambios antes de votar", señaló el ministro.

La posición británica con respecto a Europa ya provocó un publicitado enfrentamiento entre Cameron y el presidente francés Nicolas Sarkozy durante la cumbre del domingo en Bruselas, donde los dirigentes europeos diseñaron una estrategia para salir de la crisis de la deuda en la eurozona.

"La crisis de la Eurozona afecta a todas nuestras economías", declaró supuestamente Cameron, expresando su malestar por la voluntad creciente de los 17 países que adoptaron la moneda única europea de tomar decisiones sin la otra decena de países del bloque.

Sarkozy le contestó que estaba harto de "oírle criticar" a los dirigentes de la Eurozona. "Usted dice que detesta el euro, no ha querido adoptarlo y ahora quiere inmiscuirse en nuestras reuniones", le acusó Sarkozy, en declaraciones reproducidas por la prensa británica.

El líder de la oposición, Ed Miliband, declaró este lunes que el primer ministro británico está pagando el precio de sus "escarceos con el euroescepticismo" bien implantado en el ala más conservadora de su partido.

"Era la persona que durante las elecciones decía, 'vamos a renegociar toda nuestra relación con Europa", dijo en una entrevista en la BBC.

El último referéndum organizado sobre Europa en el Reino Unido se remonta a 1975, cuando una mayoría de la población aprobó su ingreso en la UE.

La moción que se votará el lunes prevé una pregunta con tres opciones: el mantenimiento del Reino Unido en la UE, su salida o la negociación de relaciones más distendidas, basadas en "el comercio y la cooperación".

Los sondeos

Un sondeo realizado por YouGov y publicado el sábado por el diario Daily Express, muestra que un 28% de los británicos sería favorable a abandonar rápidamente Europa y otro 47% a renegociar los términos de la adhesión.


Sin embargo, una encuesta realizada por el centro ICM para el periódico The Guardian, augura que los resultados serán mucho más ajustados. El 40% de los votantes sí desea permanecer como miembro europeo, mientras que el 49% se opone a la idea de seguir formando parte de la Unión Europea. Algo que, de suceder así podría tener grandes consecuencias. Como era de esperar, la mayoría de los votantes del partido conservado (en concreto un 70%) apoya incondicionalmente la permanencia inglesa en la Unión Europea.

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