
En la campaña electoral de las elecciones generales del pasado mes de mayo, la reducción del gasto público destacó como el principal argumento del Partido Conservador para reimpulsar la economía británica. Tras diez semanas en Downing Street, David Cameron no ha defraudado a aquellos que confiaron en sus propuestas de reducción de gasto público del Reino Unido.
Cameron no sólo ha rejuvenecido la imagen inmovilista que transmitía el partido que lideró en oposición durante cinco años, sino que su energía y la salvaje austeridad de las políticas económicas que ha anunciado recientemente le asemejan, según el 'New York Times', a Margaret Thatcher.
En los años 80, la 'Dama De Hierro' lideró el partido conservador y atacó la apatía del anterior gobierno impulsando políticas de libre mercado como la privatización de diversas industrias estatales.
Políticas similares
Ahora, con una implacable lista de políticas económicas, David Cameron y la coalición de conservadores y liberal demócratas que lidera se han propuesto reducir el profundo déficit público del Reino Unido, que centró la campaña conservadora de las elecciones del pasado mayo.
Cameron aseguró que iba a reducir el peso del enorme sistema de gobierno británico que se ha desarrollado en el Reino Unido desde la Segunda Guerra Mundial, pese a los esfuerzos de Margaret Tatcher.
Al igual que Margaret Thatcher no se amilanaba ante nadie, David Cameron ha demostrado una enorme determinación en la defensa y proclama de sus medidas de austeridad presupuestaria; incluso, ante el Presidente de Estados Unidos.
Diferencias con Obama
Barack Obama comunicó hace pocas semanas al premier británico y a otros líderes mundiales su preocupación ante prematuros recortes en los gastos de sus gobiernos que podrían llevar a Occidente a una nueva recesión.
No obstante, David Cameron no dudó, en la reunión que mantuvo este jueves con Obama en Washington, en defender sus políticas de reducción del gasto público ya que aseguró que "cada país decide el momento en el que trata solucionar su problema de déficit".
Las medidas de austeridad que Cameron ha anunciado recientemente muestran su firme intención de cumplir su promesa electoral. En los próximos cinco años, va a reducir el presupuesto de gasto público en más de un 25% mediante el adelgazamiento de la burocracia británica.
Si sus medidas tienen éxito pese a los riesgos que conlleva, habrá triunfado su nueva política de reducción de la intervención estatal en la vida pública, con mayor peso de la iniciativa privada incluso en áreas sagradas para el laborismo anterior como sanidad y educación.