Europa

Un testigo de la agresión de Berlusconi dice que Tartaglia no actuó solo

Andrea Di Sorte, testigo directo de la agresión que sufrió este domingo el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, dijo este martes que vio cómo alguien situado a la espalda del agresor, Massimo Tartaglia, le pasaba un objeto con el que éste cometió el ataque.

"Me pareció ver que Tartaglia cogía un objeto que alguien le pasaba a su espalda", manifestó Di Sorte, coordinador del Club de la Libertad, formación juvenil de seguidores del partido de Berlusconi, en declaraciones al canal de televisión por cable Sky Tg24.

Añadió que otro hecho que le sorprendió justo después de la agresión fue que Tartaglia, al ser detenido por las fuerzas de seguridad, dijo en voz alta: "Estoy solo, estoy solo. No hay nadie detrás mío".

Este testimonio se suma al de otras dos personas que explicaron ayer en un programa de la cadena Canale 5, que antes del mitin habían avisado a la policía de que una persona (Tartaglia) profería amenazas contra Berlusconi.

Sin embargo, el ministro del Interior, Roberto Maroni, durante su comparecencia de este martes ante la Cámara de los Diputados para informar de los detalles de la agresión, aseguró que las fuerzas del orden no habían recibido ningún aviso serio de un posible ataque.

El ataque a Berlusconi ha dado lugar a un amplio debate en Italia sobre si hubo algún fallo en el cordón de seguridad del jefe del Ejecutivo, puesto que el agresor se encontraba muy cerca en el momento de los hechos.

¿Acercarse a la gente?

Sobre este tema, Maroni subrayó en que no existió ningún fallo, y afirmó que "Berlusconi tiene todo el derecho de acercarse a sus seguidores, porque esto es la democracia y la política".

Los servicios secretos creen que, a partir de ahora, se deberá decir "no" a Berlusconi en algunas ocasiones ante su deseo de acercarse a la gente, pues eso le pone en peligro, ya no sólo como persona, sino también como jefe de una institución italiana.

"El amor vence siempre por encima de la envidia y del odio". Con estas palabras el primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, se dirigió este martes por primera vez a los italianos desde que sufrió la agresión.

Il Cavaliere, que tiene dos dientes rotos y presenta diversas heridas en la boca y la nariz, saldrá mañana por la tarde del hospital aunque tendrá que guardar reposo durante al menos dos semanas más.

A pesar del candor de sus palabras, que fueron publicadas en la página web de su partido, el Pueblo de la Libertad (PDL), la ya elevada tensión política no se aplacó sino más bien al contrario, subió todavía más de tono. Y precisamente, fueron los parlamentarios del PDL quienes alimentaron el fuego a través de la intervención de su portavoz en la Cámara de los Diputados, Fabrizio Cicchitto, quien acusó a una parte de la magistratura y al partido Italia de los Valores (IDV), entre otros, de haber armado "la mano de quien agredió a Berlusconi".

Según Cicchitto, el desequilibrado mental que lanzó la estatuilla contra Berlusconi, actuó instigado por "una despiadada campaña de odio" llevada a cabo por una "red" que estaría compuesta por el grupo editorial Repubblica-L'Espresso, el periodista Marco Travaglio, autor de diversos libros sobre Berlusconi y a quien calificó como "terrorista mediático", algunos fiscales y el partido Italia de los Valores.

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