Una semana después del terremoto que acabó con la vida a cerca de 300 personas en el centro de Italia, la tierra sigue temblando en la península. Hasta 1.000 réplicas del seísmo se han registrado desde entonces; la última, en la noche de este lunes, un movimiento de magnitud 4,8 en la escala abierta de Richter que también ha podido sentirse en la capital italiana.
Aunque de la gran cantidad de réplicas sólo queda constancia en los instrumentos de medición, el miedo sigue patente en la población de la zona, que ha visto como los escombros siguen ofreciendo un escenario de catástrofe que en miles de casos impedirá volver a una vida normal hasta dentro de semanas.
El presidente del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología, Enzo Boschi, explicó ayer que desde que hace una semana la tierra temblase en L'Aquila y sus alrededores, Italia ha sufrido alrededor de 10.000 réplicas. No obstante, tan sólo un millar se han sentido en la superficie.
El miedo en la población
Esta noticia llega, además, horas después de que unos desaprensivos explotaran este miedo de la población avisando de un nuevo terremoto. Para ello se sirvieron de un vehículo con el que recorrieron varios barrios de Roma al grito de "Salgan a la calle, hay una sacudida de un terremoto y viene otra".
El anuncio, que se realizó a través de un megáfono, despertó a los habitantes de Prati, que sintieron como la historia se volvía a repetir. Los vecinos de la Piazza Mazzini y sus alrededores salieron a la calle y vieron como el vehículo, ataviado con el logo oficial de los coches de Protección Civil, anunciaba la llegada de una nueva réplica.
Cuando el miedo y la angustia pasaron, algunos de los afectados comenzaron a llamar a la centralita del servicio y a Defensa Civil que negaron la existencia de dicha alarma.