Los trabajadores de la fábrica que la empresa farmacéutica 3M han permitido esta madrugada la salida del director de la compañía, Luc Rousselet, después de que éste accediese a firmar la renegociación de las condiciones del despido contemplado en el plan social y que preveía la supresión de 110 puestos de trabajo hasta septiembre.
Al abandonar la oficina en la que permanecía desde ayer, Rousselet se ha declarado satisfecho porque lo ocurrido había ayudado a romper el punto muerto de las negociaciones entre empresa y sindicatos, según informa la cadena británica BBC. "Las condiciones no fueron tan malas", añadió.
El delegado sindical de Fuerza Obrera, Jean François Caparros, aclaró desde un primer momento que no existía "agresividad" en su acción y que el directivo en ningún caso resultaría herido. "Esta gente tiene más de qué quejarse que yo, y sabía que corría este riesgo viniendo aquí", ha afirmado Rousselet, que no pareció sorprendido cuando los empleados le impidieron abandonar las instalaciones.
Una condiciones negociables
El pasado diciembre, la dirección anunció la supresión de 110 puestos de trabajo y el traslado de 40 personas a una sociedad que se instalará en Pithiviers a lo largo de 2009, una decisión que justifica por una reducción constante de la demanda que conlleva un exceso de producción. Pero las condiciones del despido no convencen a los afectados que reclaman un aumento de las indemnizaciones y garantías para los trabajadores que se quedan.
Este tipo de actuación recuerda la que se produjo a principios de este mismo mes de marzo en las Landas, cuando los trabajadores de la fábrica de Sony Francia retuvieron a su responsable para exigir igualmente una mejora en las indemnizaciones por despido.