Alemania se ha despertado este jueves conmocionada por el asesinato de 15 personas, la mayoría escolares de un colegio de enseñanza media de Winnenden, a manos de un adolescente de 17 años. El ministerio de Educación, alerta ahora ante posibles 'imitadores'.
Docenas de psicólogos se han desplazado hasta la pequeña ciudad de Baden-Württemberg para atender a los estudiantes y familiares de las víctimas del colegio Albertville, donde Tim Kretschmer, vestido con un uniforme paramilitar negro y armado con una pistola Beretta asesinó a nueve adolescentes y tres profesoras.
El ministro de Educacion de Baden-Württemberg, Helmut Rau, ha hecho un llamamiento a los directores de los centros de estudios de toda la región para que dediquen parte de su horario a hablar con sus alumnos sobre la terrible masacre y a recordar a las víctimas de la misma.
Rau advirtió de que no se debe descartar la posibilidad de que surjan otros jóvenes con ganas de emular al adolescente asesino y de que se produzcan a lo largo de esta misma jornada falsas alarmas sobre posibles atacantes de centros educativos.
Conmoción en Alemania
La policía ha informado de que los nueve heridos que se encuentran hospitalizados por los disparos recibidos durante los distintos tiroteos se encuentran fuera de peligro. Se trata de cinco estudiantes, dos profesores y dos policías, estos últimos alcanzados por las balas del adolescente en el tiroteo final en el aparcamiento de un concesionario de automóviles, en cuyo interior mató a sangre fría a un vendedor y un cliente.
La víctima número 15 de la masacre fue un jardinero que trabajaba en un parque público de Winnenden y que resultó alcanzado mortalmente por los disparos del adolescente cuando acababa de cometer la masacre en el colegio y huía a pie hacia el centro de la localidad.
Mientras tanto, varios psicólogos han exigido el cierre definitivo del colegio Albertville, ya que, a su juicio, sus alumnos nunca podrán estudiar en el mismo sin recordar los terribles acontecimientos. "No bastará con pintar las paredes, ya que el colegio se ha convertido en el lugar de un crimen. Nunca más debe darse clase en él", afirmó en unas declaraciones al rotativo "Neunen Presse" el experto en traumas Christian Lüdke, que en 2002 atendió a los estudiantes del instituto Guttenberg de Erfurt, donde otro adolescente asesinó a 16 jóvenes antes de quitarse la vida.